miércoles, 25 de marzo de 2015

Boñar y sus fuentes de la salud, en el Viejo Camino de Santiago por la provincia de León

7ª Historias y Leyendas del Viejo Camino de Santiago en la provincia de León. 
Los peregrinos de la Asociación del Camino de Santiago de León "Pulchra Leonina" hemos recorrido el Viejo Camino de Santiago hasta Boñar donde hemos encontrado la salud y la buena gastronomía. 

Salimos de La Losilla por el Camino Gallego que recibe el nombre de “senda de los rocinos” por la frecuente utilización de este medio de transporte hace años. 

Entramos en Boñar pasando junto a la ermita de San Roque, Santo patrón de la localidad, abogado de la peste y santo peregrino por excelencia.

Existen infinidad de tradiciones en torno a San Roque aunque no se sabe mucho de él a ciencia cierta. Se cree que aprendió rudimentos de medicina en Mompellier y cuando quedó huérfano entregó su herencia a los pobres y peregrinó a Roma, dedicándose por el camino a atender a los enfermos. Llegó a curar a un cardenal que se lo presentó al Papa. A su regreso se contagió él mismo de la peste y decidió retirarse a un lugar apartado. Aquí comienza la leyenda del perro, llamado Melampo, que le llevaba comida al bosque. Cuando su amo, que se llamaba Gottardo, mosqueado por el hurto de los panecillos de su mesa, decidió seguir al can, descubrió a Roque en tan mal estado, que compadecido le llevó consigo a casa para cuidarlo. Los hagiógrafos no se ponen de acuerdo si fue gracias a un ángel, (que aunque no consta su nombre, pienso que se llamaría Rafael, pues este nombre significa medicina de Dios), a Gottardo o al perro Melampo, pero Roque se curó y pudo seguir aplicando sus conocimientos médicos hasta llegar de nuevo a Mompellier.  Allí fue detenido por los soldados y encarcelado, acusado de ser un espía. Murió en prisión, después de cinco años de cautiverio.

San Roque es abogado de la peste y santo peregrino por excelencia.
Y a partir de aquí se urde la leyenda, pues además de peregrinar a Roma, se cree que tuvo tiempo de  hacer el Camino de Santiago llegando incluso a pasar por Barcelona. Se cuenta que cuando  entró en la ciudad condal, milagrosamente, todos los infectados de peste se curaron instantáneamente. 

Hay constancia de que también se tenía una gran devoción al perro del santo. El día después de la onomástica de San Roque, se continuaban llevando cirios a los templos para colocarlos junto a su imagen, pero con la diferencia de que dichos cirios votivos no iban dedicados al santo, sino ¡al perro!
Se cantaban oraciones, gozos y todo tipo de intenciones para el "chucho". Este aprecio venía motivado por la leyenda de que en el día en que  San Roque  visitó la ciudad condal acompañado de su perro,  los  canes que tenían la rabia, huyeron de la ciudad. Todo esto le hace ser también el protector de los perros ¡Con el permiso de San Antonio Abad, por supuesto! También en algunos sitios es patrón de los picapedreros y marmolistas, pues el nombre de Roque parece proceder de roca, construcción sólida, defensiva. Esto tendría una explicación lógica para comprender la abundancia de devociones al santo en nuestras montañas, desde tiempo inmemorial, cuando aún no se veían peregrinos por estos lugares, pero sí había calado en el subconsciente colectivo las muchas rocas defensivas o fortalezas, de antiguas batallas. Del pavor de batallas habría surgido la advocación de ayuda y protección divina.

El maragato en la torre

Llegamos al centro de Boñar hablando de estas cosas y practicando con el famoso trabalenguas:“El perro de San Roque no tiene rabo, porque Ramón Rodríguez se lo ha cortado”... y nos dirigimos a la plaza donde podemos contemplar “El maragato en la torre”, que tanto pondera la canción de “dos cosas tiene Boñar que no las tiene León”.

“Dos cosas tiene Boñar que no las tiene León, el maragato en la torre y en la plaza el negrillón”
Pero ahora que el negrillón no es más que un recuerdo, nosotros hemos inventado otro final: “El maragato en la torre y los exquisitos nicanores o los “chuchos” (no los perros, sino los dulces de repostería). Boñar tiene una oferta gastronómica a mi gusto. Siempre que paso por la localidad aprovecho para comerme una exquisita ensaladilla y unas mollejas de “toma pan y moja” en un restaurante de toda la vida y no me voy sin llevarme de recuerdo los dulces que os he dicho, de una elaboración artesana finísima.

Mientras fotografiamos al Maragato, nos dicen que el marqués de Astorga fue patrono de la iglesia parroquial de Boñar, contribuyendo a su reconstrucción y dejando como obsequio el reloj de la torre. La maestría del carpintero local, Desiderio Cañón consiguió crear un maragato boñarés del tronco de un peral. Dió lugar a la coplilla local:

 "Maragato, maragato
que estás hecho de peral,
de hijas de Desiderio
eres hermano carnal."

Calmamos nuestra sed en una fuente a nuestra derecha. El suelo se ha recrecido con los siglos y ha quedado escondida casi bajo tierra, pero debió de ser muy importante, pues una inscripción en latín pondera sus propiedades medicinales “clorosis sanat…”

Inscripción latina en la Fuente

Aunque la más utilizada hoy en día está junto a la peña la Salona, donde brota el manantial, cuyas propiedades salutíferas fueron explotadas desde antiguo. Sobre la peña de cuarcita pizarrosa, en tiempos de los romanos, un liberto de Vipasca, región minera del sur de Lusitania, cumplió el voto prometido, por recuperar su salud, dedicando esta inscripción al genio de la fuente llamado Agineesis.:

FONTIS AGINEESIS GENIO BROCCI LIBERTUS VIPSIANUS ALEXIS AQUILEGUS VOTUM SOLUIT LIBENS MERITO.

Con esta inscripción tenemos constancia fidedigna del primer turista termal conocido y podemos saber que se llamaba Alexis, un aquílego de profesión, es decir, buscador de fuentes de agua o fontanero, por lo que conociendo bien su profesión pudo elegir una buena fuente ya en época romana,
Lo emocionante de la historia es que la fuente sigue dándonos generosos chorros, que ahora podéis beber en las zonas rehabilitadas y ajardinadas, ayudando a los peregrinos de todas las épocas a reponer fuerzas y salud. Estas fuentes se aprovecharon como balneario ya en tiempos de los romanos, pues su temperatura alcanza los 20-23 °C  y son mineromedicinales. Según estudios recientes, el catedrático Jose R. Carracido, las calificó como bicarbonatado-sódico-cálcicas-nitrogenadas, oligometálicas y termales. Nos queda el recuerdo en un edificio en las últimas casas ¡Seguramente volverán a explotarse turísticamente, ya que está tan de moda el spa!

Inscripción romana del Balneario

¿Por qué tantas fuentes medicinales? Dice Juan Carlos Gª Caballero en su libro “Boñar, final de un histórico letargo” que los nombres de los pueblos arrancan de épocas lejanas. Así que Balneare, o lugar de baños medicinales es la tesis más compartida sobre el nombre de Boñar, debido a sus aguas termales, aunque también podía referirse a “bonis –ar” que habla de la abundancia de montes y aguas, que permitían un magnífico aprovechamiento ganadero.

Algunos peregrinos continuaron la etapa saliendo por el moderno puente del Soto, pues las flechas amarillas, pintadas por algún peregrino con buena intención pero poco conocedor de la historia así lo indican. Nosotros debemos hacer caso omiso y seguir carretera adelante para cruzar el legendario río Porma, como tantos peregrinos lo han hecho a lo largo de la historia y consta en documentos, por el Puente Viejo, de hermosa fábrica, que hace presuponer un origen muy antiguo, quizá romano, pues ya tenemos referencias de su existencia en el siglo XIII.

Puente Viejo de Boñar

En esta fecha se documenta junto a él un hospital para atender a peregrinos que se encaminaban, bien por Pardomino, al Salvador de Oviedo, ya conocéis el dicho peregrino: "El que va a Santiago pero no al Salvador, visita al criado y no a su Señor” o tomando ruta a la izquierda como haremos nosotros, seguían a Santiago de Compostela por el Viejo Camino de Santiago y siempre contaban con regresar por Oviedo, pues en la Edad Media la peregrinación era de ida y vuelta. Así queda registrado en el Documento que en el año 902 relata la peregrinación de la reina Leodegundia y el rey García de Pamplona.

Blog de Excursiones de Rafa y Rosi
Blog de Asociación Camino Santiago de León“Pulchra Leonina”





7 Boñar.jpg


Para saber más Consultad la bibliografía citada:
“Boñar, final de un histórico letargo” de Juan Carlos Gª Caballero



Para conocer más Historias y leyendas del Viejo Camino de Santiago en la provincia de León:
 

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Foto y textos de  Rosa Fadón y Rafael Cid

miércoles, 18 de marzo de 2015

La Losilla y sus reliquias en el Viejo Camino de Santiago por la provincia de León

6ª Historias y Leyendas El Viejo Camino de Santiago en la provincia de León:

Esta semana los peregrinos de la Asociación de Camino de Santiago de León "Pulchra Leonina" hemos caminado el Viejo Camino de Santiago por la provincia de León y
admiramos las Reliquias de La Losilla

Salimos de Barrillos por la Puerta Gallega y llegamos a la Devesa de Boñar, en busca del antiguo monasterio de S. Millán. En una casa vimos la vieira, que indica que vamos por Buen Camino de Santiago.

Conchas del Camino en La Devesa

Hicimos un descanso en el teleclub para revisar el recorrido, que seguimos por el Documento del año 902, que recoge el libro “Vexu Kamin” de D. Julián González Prieto.

Este documento nos sirve de guía, pues narra la peregrinación a Santiago, del cortejo real de Leodegundia (hermana del rey Alfonso III el Magno) y de su esposo García rey de Pamplona, desde donde inician la peregrinación. El texto señala la ruta y curiosidades del viaje, como un predecesor del Códice Calixtino. Se trata de una carta en latín, del abad Gundisalvo, del desaparecido monasterio de Viseo, próximo a la Valdorria leonesa, a su fundador San Froilán, que en el año 902 ya era obispo de León. Se tradujo a la “lengua de aquí”, es decir al leonés, por el monje Valerio en el año 1002.

Viajamos siguiendo un Documento que narra la peregrinación en el año 902 de la reina Leodegundia y su esposo, desde Navarra.
Dice así: “…por la puerta gallega fueron a San Adrián, donde estaba don Guisvado y su esposa Leuvina y les enseñó las obras del monasterio que estaba haciendo Don Alfonso y se bañaron en las fuentes y fueron hasta el castillo de Boñar donde descansaron y Don Guisvado les dio cuenta de la gran batalla que su abuelo don Ramiro ganó a los agarenos en collada próxima de Lotus o de los Muertos y las Doncellas que ya no temen ser entregadas como tributo al moro” 
¡Ay, Don Julián! ¡Cuánto me gustaría poder cotejar su libro con los pergaminos originales! Acabaríamos de un plumazo con las disputas de los historiadores por ubicar la contienda de Lotus, a la vez que podríamos decir a todos que el ignominioso tributo de las cien doncellas terminó aquí, en la Collada de los Muertos, junto a Boñar.

¿Quiénes eran Guisvado y Leuvina? el Conde Guisvado Braóliz era nieto de Ramiro I, por tanto primo de Alfonso III y de su hermana Leodegundia, cuyo peregrinar seguimos.
Alfonso III envió a Guisvado a Roma, para proteger al Papa Juan VIII de ataques del Islam. Hay que ser muy valiente para emprender un viaje de estas características ¡con la que estaba cayendo! Cuando llegaron a la Ciudad Eterna ya había pasado el peligro, pero el Santo Padre no le dejó marchar con las manos vacías y le regaló unas reliquias de San Adrián y Santa Natalia. El rey tomó parte de ellas para su querido conventín de San Adrián de Tuñón y otras, Guisvado y Leuvina para fundar el monasterio masculino de S. Adrián de Balneare y su iglesia mozárabe. Acontecimiento importante, pues a la consagración en el 920 acudieron los obispos Cixila y Fruminio y Fortis.

No encontramos rastro de monasterio en La Losilla. ¡No es de extrañar, estos hechos han ocurrido hace más de mil años! En aquellos tiempos la fundación de monasterios se completaba con la protección que los nobles hacían desde sus castillos, en este caso Guisvado desde el de Boñar, para que campesinos y hombres de guerra se aventuraran en la repoblación. El monasterio aglutinó el poblamiento primero aquí y luego en el Barrio del Balneario que hoy se llama S. Adrián, estableciendo un monasterio masculino y otro femenino, con sus iglesias y posesiones.

Nos detenemos a visitar los templos. Ya no existe la iglesia de Guisvado en la Losilla, se alza allí una de nueva planta que conserva lo que se recuperó de aquella. La que hay en San Adrián posee restos prerrománicos de gran valor. Se han incrustado en los muros, dos piedras escritas con adornos geométricos tallados a bisel. En una se lee que la iglesia está dedicada a S.Salvador, hecha por el abad Hermenegildo en la era de 1018, reinando Ramiro III. El copista estampó su nombre: Dominicus, la otra piedra contiene el del arquitecto, Ginu, datos que la hace única en su género. No queda mucho de su esplendor, una imagen del Salvador, la Virgen del altar mayor y otra más pequeñita.

S. Adrián y Sta Natalia

San Adrián y Santa Natalia esposos y mártires en los primeros años del cristianismo, allá por el año 306 en Nicomedia (Turquia)
En cuanto a los restos de los Santos ¡fijaos qué peregrinar...de San Adrián y Santa Natalia, esposos de Nicomedia (Turquía) por el año 306!

Adrián era administrador de justicia para el emperador Maximiliano y cuando se encargaba de martirizar a unos cristianos, impresionado por su fe, se hace cristiano y se inscribe entre los condenados. Su esposa, que ya era cristiana, apoya su decisión de conversión, les atiende en el martirio y vela sus restos hasta la muerte. Luego las reliquias son trasladadas a Roma. Natalia viaja con una mano de su esposo entre las de ella y así la representa el pintor, en el lienzo que hay en el retablo de la iglesia de La Losilla. A su lado está su esposo con traje de militar romano.

El peregrinaje de sus restos comienza en el 891, cuando llegan de Roma. Y es que las reliquias eran objetos muy preciados en la época, imprescindibles para la fundación de iglesias y monasterios. Su devoción se extendía a medida que los fieles recibían favores o milagros y entonces nuevos monjes se establecían en nuevas tierras cristianizadas, creando nuevos monasterios bajo su protección.

Los peregrinos, nada más descubrirse la tumba del Apóstol en el 813, recorren el Viejo Camino de Santiago y van alentándose en tan largo caminar, con la veneración de reliquias que jalonan el trayecto, en cuyos lugares encuentran hospitalidad.

Las cosas cambian cuando el avance de la Reconquista permite a los peregrinos transitar por tierras más llanas. Entonces el Camino Francés irá acaparando los monasterios y las rentas de los del Viejo Camino hasta su total extinción.

En el año 1099 Urraca de Zamora hace donación de la Losilla a favor de San Pedro de Eslonza que se lleva parte de los restos de los santos y las rentas del monasterio. El priorato que quedó en La Losilla fue declinando paulatinamente, los restos pasan en 1268 de la Iglesia de La Losilla al templo de S. Adrián.

Iglesia de S. Adrián de Balneare

Me emocioné un poco cuando me mostraron una cajita con unos huesecillos que habían logrado conservar junto al altar y recordé entonces la inscripción casi escondida de una de las piedras: “hic jacent ossa duorum santorum per quos fecit dominus multa mirabilia” ¡Que así sea por siempre!

En 1835, con la desamortización de Mendizábal, el Monasterio de Eslonza se pierde y los restos vuelven a peregrinar. Gracias a la custodia de fray Antonio González (después párroco de Santa Olaja de Eslonza) son encomendados al monasterio de Sta María de Carbajal en 1878 donde reposan bajo el altar. ¡Hasta al Museo de Chicago ha llegado alguna reliquia! Que se exhibe en caja labrada y cuyos documentos y fotos vimos aquí.

Hicimos buenos amigos en La Losilla, que nos mostraron las iglesias y algunas curiosidades como las dos puertas del templo de S. Adrián, una de ellas cegada en la actualidad. Dicen que hubo una reina que tenía dos hijas, ninguna quería cederle el paso a la otra para entrar y salir del templo, por lo que se optó por la solución de hacer dos puertas.

Vimos el viejo balneario y las fuentes de aguas medicinales, que pienso yo que aliviarían las dolencias de los peregrinos, con curaciones que les parecerían milagrosas.

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En su amabilidad, nos invitaron a dar una conferencia en la Sede de su Asociación Valdeleñar, para informar a todos los vecinos sobre el Viejo Camino de Santiago por la provincia de León y su importancia antes y ahora, cosa que hicimos con gusto.


Ved nuestro artículo publicado el 17 de marzo en el periódico La Nueva Crónica de León:

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Para saber más

Consultad la bibliografía citada:

“Vexu Kamin” de D. Julián González Prieto.


Para conocer más Historias y leyendas del Viejo Camino de Santiago en la provincia de León:


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Foto y textos de  Rosa Fadón y Rafael Cid

martes, 10 de marzo de 2015

5ª Historias y Leyendas: Camino de estrellas, corrientes bajo tierra...en el Viejo Camino de Santiago


Esta semana los peregrinos de la Asociación de Camino de Santiago de León "Pulchra Leonina" hemos caminado el Viejo Camino de Santiago por la provincia de León y hemos cruzado el Esla para adentrarnos por Las Arrimadas.
Continuamos nuestra quinta andadura por este “Viejo Camino de Santiago o de la Montaña”, que saliendo de Cistierna por el puente del Mercadillo, nos conduce a San Pedro de Foncollada, donde hubo un importante centro monástico en la Alta Edad Media. La etapa continúa por La Acisa y Barrillos de las Arrimadas, para introducirse por la “Puerta de Galicia” siguiendo la denominada “Senda de los Rocinos” hasta la Devesa y La Losilla, como nos indica Pedro Alba en su “Historia de la Montaña de Boñar”

Llegamos al hermoso valle de las Arrimadas, extendido entre dos colladas, un valle sin río, quizá porque serpentea bajo tierra, pues los amigos que allí tenemos nos dicen que hay agua abundante en el subsuelo, que mana en fuentes y pozos. Esa vena oculta proporciona energía y belleza natural, que aflora en símbolos y curiosidades. La primera curiosidad que observamos se encuentra en el pueblo de La Acisa, en su ermita dedicada a San Antonio y San Hipólito.

S. Hipólito en Acisa

Los amigos de Acisa dicen que este último santo fue un gran escritor y obispo del siglo II y se le representa generalmente con un libro en la mano. No puede tratarse del mismo santo que a caballo y enarbolando espada se representa en la escultura de aspecto ingenuo que se venera en su ermita. ¿De quién se trata entonces? Nosotros tenemos una explicación, que es un poco peregrina, como peregrinos que somos...

En San Hipólito se superponen tres personajes, el obispo del siglo II, el mártir del siglo III y el protagonista de la tragedia Fedra.

S. Hipólito fue un soldado romano del siglo III al que se le asignó custodiar prisioneros cristianos en aquellos primeros siglos de las persecuciones. Convertido por ellos a la fe, fue martirizado al asistir al entierro de otros martirizados. Murió despedazado por dos caballos salvajes a los que le ataron. Los fragmentos de su cuerpo, fueron enterrados a lo largo de la vía Tiburtina en Roma.  

¿No os recuerda esto a una tragedia griega? Pues efectivamente hay un sustrato de leyenda en nuestros pueblos, que quizá tiene sus raíces en la cultura greco-latina. En Fedra, tragedia de Eurípides, el protagonista es Hipólito “el que sana a los caballos”, que también murió descuartizado, enganchado a las crines de los que llevaban su carro. En esta obra clásica, Hipólito es adorador de Artemisa, diosa de la Caza, Fedra se enamora de él, pues está poseída por Afrodita, diosa del Amor...Es una obra en la que los hombres se muestran torturados por los deseos de dioses que dominan sus vidas. 

Nuestro caminar nos lleva a la Iglesia de Santa Marina que comparten Acisa y Barrillos. No siempre fue parroquia, pues el P. Alba dice en su libro, que existe la tradición de que los templarios se hubieran instalado aquí, fundando una encomienda. No es de extrañar, pues estos caballeros protegían a los peregrinos y además eran buscadores del conocimiento antiguo. Sabemos que ubicaban sus encomiendas en lugares que guardaban una relación con las estrellas y su simbolismo.

Los templarios ubicaban sus encomiendas en lugares que guardaban una relación con las estrellas y su simbolismo. Hasta ahora no hemos encontrado documentación que lo confirme, pero aún hacen falta muchos investigadores para desentrañar nuestra rica historia. Sin embargo, hay abundantes tradiciones orales, que pasan de generación en generación para mantener el recuerdo de hechos que impactaron el inconsciente colectivo y merecen ser investigadas. Buscando como curiosos peregrinos, nos llegó una intuición. Ya sabéis, para orientarnos en la noche seguimos la dirección de la Vía Láctea, también llamada “Camino de Santiago” o “camino de estrellas”, así que encontramos en internet información sobre “Geo-astronomía Templaria”. Buscamos en las estrellas que sobrevuelan estos cielos alguna clave, por aquel principio del Kybalion de “Lo que es arriba es como lo que es abajo” y ¡bingo! 

Dimos con una página donde Francisca Martín Cano Abreu nos lo explica. Dice que los Templarios dispusieron sus enclaves en la Península Ibérica de manera tal, que representan la posición de diversas estrellas y constelaciones de la bóveda celeste. Además relaciona los nombres de los pueblos que forman parte de cada constelación.

Geo-astronomía templaria

De las que a nosotros nos interesa, la número 6 SERPENTARIO: recorre los pueblos de Buiza, Barrillos de las Arrimadas / Villapalmaz, Rabanal de los Caballeros, Suano, Oña, San Pantaleón de Losa. Por lo que según esto, nos encontramos ante un importante enclave templario.  

Pero ¿en qué consiste la constelación de “serpentario”? Se trata de una serpiente, no física sino simbólica. Para encontrar su significado hay que sumergirse de nuevo en las leyendas greco-romanas. Pues el portador de la serpiente no es otro que Asclepio, hijo de Apolo y de la humana Coronide. Educado por el centauro Quirón, acompañó a los Argonautas en su mítica expedición, pues poseía grandes conocimientos de medicina, llegando incluso a resucitar algunos muertos como a Hipólito, el precedente griego del santo cristiano que acabamos de comentar en la ermita de la Acisa. Se disgustó Hades, señor del Inframundo, pues le quitaba personajes que le correspondían a él. Por eso pidió a Zeus que lo castigara, matándolo con un rayo. Entonces Apolo apenado por su hijo, se cargó a todos los Cíclopes, que eran los encargados de fabricar los rayos a Zeus. Ante el dolor de Apolo, Zeus se apiada y asciende a Asclepio, con los dones de salud y renovación, en la Constelación de Serpiente.  

Como podéis ver nos hemos vuelto a encontrar con la mitología y su simbolismo de renovación y sanación, Hipólito el griego, que renace en Hipólito el Santo y las vetas de energía sanadora que subyacen en el Serpentario Templario.

Rodeamos el templo, sorprendidos tanto por su grandiosidad y fortaleza como por su belleza interior. Escudriñamos las paredes con atención. Encontramos cruces y marcas con los signos + Z, d, ¿9 o un 6, reforzaría el símbolo de Serpentario?

marca de cantero caracol

 Una marca de cantero atrajo especialmente nuestra atención, era un caracol. Este animalito es muy querido por los peregrinos, pues se desplaza con la casa a cuestas como nosotros. Es símbolo de buena suerte. Se encontraba en lugares sanadores para el alma y el cuerpo, ya que en la antigüedad se creía que la energía fluía de las entrañas de la Tierra Madre en forma de espiral, como la figura que contiene su cascarón. Todos estos signos nos muestran la misma idea espiritual de retorno, renovación, sanación.

Barrillos, NªSªRemedios

Así que no nos sorprendimos cuando estuvimos en la romería de Nuestra Señora de los Remedios llamada “la Virgen milagrera” que se celebra en Barrillos de las Arrimadas. Algunos devotos procesionan descalzos, como se hace desde siglos.
¿Puede ser que de forma inconsciente busquen estar más en contacto con la Naturaleza? Se congrega una gran multitud de fieles en torno a la Virgen, que cumple los deseos de los que la invocan y no dudéis que focalizando el pensamiento positivo de todos los asistentes se alcanzarán también vuestras peticiones. 



Ved nuestro artículo publicado el 10 de marzo en el periódico La Nueva Crónica de León:

5 Estrellas pag.jpg


Para saber más

Consultad la bibliografía citada:
Pedro Alba en su “Historia de la Montaña de Boñar”
Francisca Martín-Cano Abreu, "Geografía astronómica de plazas templarias" 

 
Para conocer más Historias y leyendas del Viejo Camino de Santiago en la provincia de León:


Ved el cuarto artículo, Piedras que hablan: S. Guillermo de PeñaCorada, en LNC de León
NC-4



Foto y textos de  Rosa Fadón y Rafael Cid



Texto y fotos de Rosa Fadón y Rafael Cid 

miércoles, 4 de marzo de 2015

4ª Piedras que hablan:San Guillermo de PeñaCorada en el ViejoCamino de Santiago por la provincia de León


Historias y Leyendas del Viejo Camino de Santiago en la provincia de León.
Los peregrinos de la Asociación de Camino de Santiago de León "Pulchra Leonina" hemos caminado las etapas del Viejo Camino de Santiago por la provincia de León en estos dos últimos años y aún está programado el recorrido que nos queda, para realizarlo esta primavera. 
Descubrimos la historia antigua y medieval que trasmiten las piedras y las ruinas del Monasterio de San Guillermo de PeñaCorada

Salimos del Santuario de la Virgen de Velilla donde, como dijimos en nuestro anterior relato, se encontraba la lápida sepulcral de San Guillermo, para visitar las ruinas de su monasterio.

En nuestro peregrinar ascendemos por la enorme montaña de PeñaCorada. Es un gran macizo de 8 kilómetros de largo por 3 de ancho, compuesto por tres grandes picos que van desde Cistierna hasta la Mata de Monteagudo. Constituye la entrada a la Cordillera Cantábrica y esta PeñaCorada se ve airosa desde muchos kilómetros a la redonda, igualmente que desde sus cimas se alcanzan a ver amplias panorámicas y desde ella fueron vistos por primera vez Los Picos de Europa. Es una gran mole de piedra caliza sonrosada por la luz del atardecer. Nos preguntamos qué nos contarían sus piedras si supiéramos escucharlas.

Piedra en el Camino

Nuestro amigo Santiago, montañero avezado, nos contó que PeñaCorada fue la primera montaña en la que se documentó el primer ascenso deportivo del que tenemos constancia escrita. Dijo que fue la puerta para los Picos de Europa, que se vislumbraron por primera vez desde aquí.

Subíamos por el campo silencioso y sombrío, casi fantasmagórico con esos grandes robles añejos, negros y desnudos contra la blanca nieve. Dicen que ya estaban aquí en el siglo XIV pues el Libro de la Montería de Alfonso XI les nombra en Peñacorada, cuando cita las cacerías de osos y puercos en la Mata de Monteagudo, Robledo de la Guzpeña, San Martín de Valdetuéjar, San Guillermo y los Torales de la Llama. Pero debían de estar mucho antes, pues esta zona hoy solitaria, estuvo muy poblada en épocas pasadas. Íbamos en fila india por la nieve abundante, de la que sobresalía la gran piedra con la flecha amarilla marcando el Camino jacobeo.

peregrinos


Si nos fijamos en sus piedras somos capaces de entender sus mensajes. Por doquier se aprecian restos de castros prerromanos donde vivían los bravos pueblos cántabros y hay huellas de la conquista romana que trazó calzadas para subir a todos sus escondites, pues Roma no se detuvo hasta conquistar todo el territorio. “La PeñaCorada fue mojonera de la nación Cántabra por el Suroeste y entrada al país de Vadinia, como lo confirma el hallazgo en la Iglesia de Robledo de la Guzpeña de una lápida perteneciente a Dovidero hijo de Amparamo, príncipe de los Cántabros” dijo Siro Sanz: http://exsurgecistierna.blogspot.com.es/2013/02/penacorada.html.

De pronto vemos el cartel de la ruta "La Huella de las Legiones” indicando la calzada romana, que comunicaba las cuenca del río Esla con la del Cea, camino de asedio a los numerosos castros.

y señales

P. Eutimio Martino publicó su libro “Roma contra Cántabros y Astures” gracias a una incansable investigación “in situ” y al estudio, tanto de textos clásicos como de la toponimia. En él nos ha descubierto mucha historia de nuestra montaña y junto con el historiador Siro Sanz han seguido sus investigaciones, publicadas en “La huella de las Legiones, Cuadernos de Campo”. Sus hallazgos nos sirvieron de acicate para intentar aprender a mirar las piedras, para descubrir las antiguas calzadas de conquista, observando el suelo, en su mayor parte empedrado o con tramos de enlosado primitivo, potentes muros de contención y a veces cortes en la roca para permitir el paso. Cuando se entra en los bosques y pastizales se transforma en un sendero y al llegar a los ríos aparecen los puentes, a veces de magnífica obra de ingeniería.


Buscamos el Monasterio de San Guillermo por zonas agrestes. Los osos y jabalíes siguen señoreando estos bosques, ahora ajenos al fausto de cacerías de reyes, pero asustando a los peregrinos tanto como los lobos, pues descubrimos sus huellas o rastros de hozar junto a raíces. Las ruinas del monasterio se encuentran apoyadas en la Peña, en un lugar rocoso al que llega un hilillo de agua. Tiene una muralla lateral y se aprecian terrazas construidas en la ladera, con fuertes muros de contención.

Sólo se comprende su utilización como monasterio, para aprovechar construcciones ya existentes, como dicen Eutimio Martino y Siro Sanz, de un campamento militar romano construido durante las guerras cántabras.

Porque cuando se produce la invasión musulmana la historia se repite.
Los cristianos, como antiguamente los cántabros, vuelven a refugiarse a las montañas. Las fuertes edificaciones romanas, torres, luteros, vuelven a reutilizarse.
Los monjes se protegen en ellos de una posible incursión musulmana y serán junto a los nobles que acuden desde sus castillos, los impulsores de la repoblación, irradiando riqueza y cultura a los bravos campesinos, que a menudo tienen que ejercer de guerreros que se atreven a repoblar, a pesar de las circunstancias de una vida muy dura.

Por el año 874 se documenta la repoblación entre Peñacorada y Riaño.
En esos años es cuando los reyes piden a la nobleza "restaurar los castillos de Aguilar, Fuentes, Santa Olaja, los Torrejones de Valmartino y el Murrial de Cistierna"
Como punta de flecha de la repoblación se establecen multitud de monasterios, hoy desaparecidos.
"En el siglo X por Peñacorada están los monasterios de Santa Juliana, San Vicente, San Andrés, San Facundo, San Martín de Tuéjar, Santo Tomé de Peñacorada y Santos Facundo, Primitivo y Cipriano en Cistierna, algunos de fundación más antigua, de origen Visigótico" Citado por Siro Sanz en:
Las viejas piedras cobran vida y San Guillermo se instala en PeñaCorada.

restos monasterio S. Guillermo

Después de inspeccionar las ruinas del monasterio, fuimos descendiendo hacia Cistierna y Siro, que nos acompañó junto a los socios de “Amigos de la Ruta Vadiniense”, nos fue desgranando... la historia de la recuperación de la reliquia de San Guillermo, el eremita de la gruta de Cistierna, relato que os prometimos la semana pasada.

Él recordaba escuchar a un tío suyo, canónigo de la Catedral de León, que los restos del Santo estarían en el Bierzo, en el monasterio de Villabuena.

Pero ¿Cómo habían llegado los restos desde Peñacorada a Villabuena? Fue en la época en que se anuló el matrimonio del rey leonés Alfonso IX con su prima Teresa de Portugal. Ella funda para las hijas de ambos, Sancha y Dulce, el monasterio de Villabuena que anteriormente había servido a los reyes de León como residencia de recreo y enterramiento. Con ellas llegaron los restos del Santo. Existe un memorial de 1585 conservado en el archivo de San Miguel de las Dueñas que hace referencia a la arqueta que se trajo del monasterio de S. Guillermo de Villabuena con las reliquias, cuando el monasterio de Villabuena quedó arrasado por una crecida del río Cúa.

Finalmente el 28 de marzo de 2014 fructifican las gestiones realizadas por la Asociación Ruta Vadiniense, Instituto Bíblico Oriental, el párroco de Cistierna y el mayordomo de S. Guillermo, que consiguen de la Comunidad de San Miguel de las Dueñas una reliquia del Santo para ser venerada en Cistierna.
Estábamos ya cerca de la gruta de S. Guillermo y pasamos a hacerle una visita, antes de entrar en el bullicio urbano de Cistierna. Es este lugar para meditar y sentir su sobrecogedor silencio. Es un lugar mágico.

Al caer la noche, al calor del hogar, los peregrinos contaremos posibles encuentros con osos y lobos, entre aspavientos de la concurrencia y se narrarán las abundantes leyendas de tesoros escondidos en las concavidades de PeñaCorada, los castros con su historia antigua, nuestras andanzas por el monasterio de San Guillermo, por el Santuario de la Virgen de la Velilla y por las calzadas romanas.

Ved nuestro artículo publicado en el periódico La Nueva Crónica de León:

NC-4



Para saber más, 
Consultad la bibliografía citada.

Consultad el blog de Siro Sanz:
http://exsurgecistierna.blogspot.com.es/
 
Consultad el blog de P. Eutimio Martino:
http://eutimiomartino.blogspot.com.es/


Para conocer más Historias y leyendas del Viejo Camino de Santiago en la provincia de León:


Texto y fotos de Rosa Fadón y Rafael Cid