miércoles, 5 de abril de 2017

Camino Lebaniego - 4 ª etapa.

De Verdiago a Horcadas

 
El pasado domingo día 12 de marzo se realizó la 4ª etapa de Camino Lebaniego, desde Verdiago hasta Horcadas por la ruta Vadiniense y la Vía Saliamica.


El día se presentó democrático, es decir, con diferentes planteamientos: Hizo sol, viento, lluvia y finalmente nieve. Así pues, todas las opciones tuvieron sus minutos de gloria.
Salimos de Verdiago donde nos esperaban los miembros de la Asociación Ruta Vadiniense de Cistierna, por el camino de la vega hasta llegar a Valdoré. Aquí iniciamos el tramo de la calzada romana o Vía Saliamica acompañados por Manuel Rodríguez, de Las Salas, gran conocedor de la misma. Esta Vía es impresionante tanto por su recorrido y entorno como por su larga y densa historia. Uno de esos lugares que ningún leonés debería desconocer.
Esta calzada diseñada y construida a partir del año 25 A.C., estuvo funcionando como vía de comunicación única para la comarca hasta 1886, y en la postguerra civil se utilizó para el comercio prohibido de trigo y harina entre los montañeses y la zona cerealista. A pesar de su antigüedad mantiene muchos tramos perfectamente conservados en su constitución original. En su parte más escarpada está escavada en la roca y el material recuperado hace de firme y voladizo de la calzada. Ahora que con la plaza del Grano todos los leoneses entendemos de construcción de obras públicas antiguas, es interesante conocer la composición estructural de estas calzadas: Se desbrozaba y se hacia la caja del trazado colocando los canales de drenaje y diferentes capas de roca y áridos de mayor a menor tamaño de grano. Sobre el más fino se asentaban las grandes losas o ‘láganas’ extraídas de la pared rocosa, con la parte más ancha hacia el voladizo, dejando un cordón central más alto para que el agua fuese hacia los laterales. Pues bien, ya vemos que con tráfico y todo duran al menos 2.000 años.
La calzada y varias estelas funerarias es el principal legado primitivo que nos dejaron los vadinienses, pueblo romanizado tras la conquista de cántabros y astures, que habitaban estas tierras una vez obligados a bajar de sus castros hacia la zona más accesible.
Tras la primera subida llegamos al paraje llamado ‘el Pajar del Diablo’ que va recortando la peña por su lado interno y por el externo un muro de contención. Desde este tramo se observa muy bien el enorme meandro que hace el río Esla para salvar la mole rocosa de la montaña. Llegamos a la Entrecisa, un paso escavado en la roca desde donde se aprecia la espectacular vega de Villayandre y Crémenes.
Crémenes está a mitad de este tramo de calzada y es la cabecera del ayuntamiento con trece pueblos que, como todos los del área rural, están afectados por la epidemia de la despoblación debido a la nefasta política de nuestras autoridades al respecto. Aquí se asientan los escasos servicios básicos de esta zona. La iglesia nueva que sustituyo a la del siglo XIV, fue construida en 1946 costeada por un indiano descendiente del pueblo, con proyecto de Juan Torbado. Se conservan algunos elementos que no "desaparecieron" de la antigua iglesia entre los que destaca un cordobán policromado del siglo XVIII.
Siguiendo la calzada en dirección a Argovejo encontramos la ermita de Pereda también de construcción moderna, que sustituyó a la antigua que era el resto de un monasterio femenino fundado en el siglo XI. Y llegamos a Las Salas, bonito y hospitalario pueblo donde quedan los restos de la ermita del monasterio de San Martin de Alion, ya documentado en el año 874 por el rey Alfonso III que concede al monje lebaniego Sisnando la tierra de Alion, es decir, la mayor parte del valle de este tramo del Esla. Sisnando es nombrado obispo de Iria Flavia cuyo obispado se trasladó más tarde a Compostela por lo que estas tierras estuvieron muchos años perteneciendo a esa diócesis.
Seguimos la calzada para cruzar el arroyo de Remolina y ascender por una pista asfaltada hasta la presa del pantano y, tras un tramo de carretera, llegar a Horcadas, hermoso pueblo que además adornaba la nieve que caía en ese momento.
Tras reconfortarnos en el bar que diligentemente atiende Loli, nos volvemos de regreso con la imaginación desbordada después de tan emocionante día, pensando ya en las espectaculares vistas y vivencias que nos deparará la siguiente etapa desde Horcadas hasta Barniedo de la Reina del 2 de abril próximo. Estamos deseando ya que llegue cuanto antes.
Buen camino

Crónica de Anselmo Reguera​, fotos de Carmen Muñoz














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