miércoles, 8 de julio de 2015

22ª Historias y leyendas del ViejoCamino, Torrecillo y Posada de Omaña

22ª Historias y Leyendas El Viejo Camino de Santiago en la provincia de León.
               Rosa Fadón y Rafael Cid
Llegamos a la cabecera del Vallegordo...Donde los montes nos atraen.

Y en Posada de Omaña, buscamos una posada para empaparnos de su historia y belleza natural.

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Los peregrinos del Viejo Camino de Santiago contemplamos Torrecillo a la izquierda de la carretera. El pueblo se cobija en la ladera de la colina, que lame el río y aquí está el “Manadero”  una de las fuentes más grandes de Omaña. En 1518 perteneció al Concejo de Cilleros cuando la casa condal de Uceda, enlazada con la de Luna fundó el Mallorazgo de los Cilleros que absorbió algunos de los pueblos hasta entonces pertenecientes a los Concejos de Omaña.

Dicen que en este pueblo pernoctó la reina leonesa Dª Urraca. Nos lo contó una señora mayor en Canales, a la que sus antepasados también le contaron a ella la historia de cómo  murió en Vallegordo la reina Urraca y lo lúgubre del cortejo fúnebre, que la llevaba en parihuelas, cuando pasó hacia el panteón de reyes leoneses, impresionando la memoria de las gentes. A veces te cuentan cosas sorprendentes trasmitidas por tradición oral, que después al estudiarlo, resulta que es verdad, por eso yo dejo constancia  aquí de este dato, sin poder confirmar que sea así. Los últimos años del reinado de Urraca son poco conocidos por la falta de documentos claros, sin embargo habíamos estudiado que su muerte tuvo lugar 1126  en el castillo de Saldaña, así que empezamos a indagar en las mujeres que llevaron ese nombre en la realeza y al final dimos con una que podía encuadrar en este caso.
No es más que una suposición pero quizá sea esta Urraca, que fue hija ilegítima de Alfonso VII, conocida como Urraca Alfonsiz, la asturiana, reina consorte de Pamplona por su matrimonio con el rey García Ramírez. Después de enviudar volvió a su tierra donde gobernó hasta 1105 y con su esposo el magnate Álvaro Rodríguez de Castro se sublevó contra el rey leonés Fernando II y protagonizó un intento de independencia de Asturias. Esto lo sabemos gracias a un documento del monasterio de Santa María de Otero de las Dueñas, que investigó nuestra historiadora Concha Casado. Se desconocen el lugar y la fecha de su muerte, pues algunos la sitúan en 1164, lo cual no corresponde a verdad, ya que su firma aparece en el monasterio de Sandoval, haciendo una donación. Otros argumentan que no murió hasta 1189, aunque en los Anales  Toledanos la sitúan en 1179. En todo caso nadie habla del lugar de su muerte y debido a que su zona de actuación comprende el “Camino Asturiano”, que pasa por el Vallegordo, nos inclinamos a seguir la tradición, recogida por vía oral de la señora de Canales.

Entre los tesoros que tuviera el pueblo, se encuentra el valioso Cristo de Torrecillo,  que se encuentra depositado en el museo de la Catedral. 

Llegamos a Posada de Omaña, un pueblo precioso, que se alarga por la carretera. Ha sido lugar de encuentro de las gentes de la cabecera del Valle, debido a su posición central. El nombre que tiene incita a detenerse y pasar aquí un día de descanso o más. Sería bien aprovechado para recorrer los montes y estábamos bien surtidos de lectura, pues para no perder detalle pujamos con gusto  en nuestra mochila de peregrinos el libro de Julio Álvarez Rubio, “Omaña, pueblos paisajes y paseos” que nos va desgranando la historia de los lugares, pero también “El peralvillo de Omaña”, de David Rubio, un libro de poemas: “Omaña pueblo a pueblo y leyendas”, "La Omaña, donde los montes suspiran" de Florentino A. Diez y hasta “Cuerda de presos”.

Aparcamos en la zona que llaman en “medio la villa” en la plaza del Segoñal, nombre con resonancias de agua (cegoñal) y puede que acertemos pues no está lejos el pozo. Enfrente está la iglesia, asentada en una plataforma que llaman “el Sagrao”. Subimos a la espadaña, para contemplar las campanas y admiramos desde allí el caserío y el valle amplio con las sendas de montaña.

A continuación de la iglesia están las escuelas, que tenían varias piedras pintadas de colores y en una de ellas la iglesia representada con mucho estilo. Más allá está la casa de Luciano, con el que charlamos de las bellezas del pueblo y de los visitantes que lo disfrutan, montañeros que aman estas montañas y les dejan los autobuses para cruzar a Tremor. Un poquito más allá vimos el restaurado lavadero, con unas hermosas lajas de piedra de pizarra, le surte la fuente del Cantón al pie del monte. En la carretera se encuentra la casa de Luciano y Samuel Rubio Calzón, que destacaron en Filosofía y Música, con una placa en homenaje a estos hijos del pueblo. Seguimos hasta el río a contemplar el puente y los canales que dirigían el agua a los molinos, uno de ellos recién restaurado. La Naturaleza estaba hermosa, los frutales, los prados de un verde intenso, las flores y las retamas cuajadas de color. El río saltaba a borbotones y aún se veía bastante nieve en las cumbres azuladas de los montes. El caserío es un ejemplo de arquitectura tradicional con sus bonitas casas de piedra y  corredores volados, con balaustres tallados o protegidos por tablas de madera.

De Posada de Omaña es natural David Rubio de la Calzada, famoso hispanista, quien inmortalizó el lugar, en una novela escrita en 1921 “Peralvillo de Omaña”

De Posada de Omaña es natural David Rubio de la Calzada, famoso hispanista, quien inmortalizó el lugar en una novela escrita en 1921 “Peralvillo de Omaña” bajo el seudónimo de Rubyn de la Calzada.   El personaje del  Peralvillo  se ha etiquetado como de pícaro, aunque no pertenece al bajo rango social del Lazarillo, posee una buena cultura, es mujeriego, pero no libertino y termina haciéndose fraile. Se dice que en el capítulo catorce, la discusión  que mantiene con su catedrático, un fiósofo asturiano, es de lo más divertido del libro. En él se refiere El Viejo Camino de Santiago que nosotros estamos haciendo, al relatar la huida del pícaro desde las Omañas a Bembibre (Ed. Edilesa, León 2006).

La ermita de la Virgen de la Casa o de Peñafurada congrega la devoción de los pueblos del Vallegordo e incluso de Tremor, que está ya en la vertiente del Bierzo

Si queremos disfrutar de la naturaleza exhuberante de este entorno, conocer la historia y las bellezas de este lugar, hay que subir al monte. Se puede fotografiar un cartel que hay en el pueblo que indica la ruta y los pormenores e ir consultándolo según se realiza el ascenso. Así alcanzaremos la ermita de la Virgen de la Casa o de Peñafurada, que congrega la devoción de los pueblos del Vallegordo e incluso de Tremor, que está ya en la otra cara del monte y pertenece al Bierzo. El camino nos llevará hasta Peñafurada” desde donde podremos ver como el canal romano cambia de vertiente para el Bierzo. Nos cruzaremos con la Presa Antigua que va desde Arcos del Agua y peña Cefera hasta las antiguas minas romanas de Poza de la Cava. Serpentea por la alomada orografía recogiendo el agua de los numerosos arroyos que la surcan, manteniendo una pequeña inclinación para permitir fluir el agua a su propio peso. Fue trazada por encima de los 1650m. de altitud lo cual permite apropiarse de los neveros y del deshielo de las altas cumbres. Aún después de dos mil años desde su trazado, puede adivinarse como un camino de verdor o como una cicatriz horizontal. La presa tiene una cavidad de unos 60 cm. está excavada en la roca y asentada sobre gradas picadas en la roca viva, para mantener su estabilidad. Tiene un reborde para que se pudiera bordear y efectuar las labores de limpiado. Es una obra de ingeniería admirable.

Pasaremos junto a la fuente de “Fonflorin” donde podemos detenernos para comer la merienda, como hacen los lugareños el día de la romería  y después alcanzaremos colladas desde las que el paisaje es sobrecogedor. Al fin encontraremos la ermita junto al promontorio de Peñafurada, donde apareció la Virgen que se venera en este lugar. Aquí ganaremos 100 días de indulgencia si rezamos con devoción una salve, como está estipulado desde 1746. Hoy es un apartado lugar, pero debéis saber, mis esforzados caminantes, que esto fue un Hospital de Peregrinos durante la Edad Media y que guardando un gesto de hospitalidad, en el día de la fiesta se daba un pan de centeno y un vaso de vino a los que hasta aquí se acercaban.   El quince de agosto acuden en romería las gentes del Valle acompañando a la Virgen con los pendones de Posada, Torrecillo y Vegapujín hasta el lugar donde se apareció la Virgen y al día siguiente, fiesta de S. Roque es el día de las bollas, pan bendecido que se distribuye a la puerta de la iglesia a los cofrades y a todos los asistentes.

Al regresar de tan cansado trotar por esos montes ¡qué bien se siente uno en esta Posada de Omaña...!


Blog de Excursiones de Rafa y Rosi
Blog de Asociación Camino Santiago de León“Pulchra Leonina”


Foto 1: Rafael Cid: Posada de Omaña, campana.
Foto 3: Rafael Cid: Arquitectura tradicional
Foto 4: Rafael Cid: Montes del Vallegordo.

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