30ª Historias y leyendas del Viejo Camino de Santiago por la provincia de León
Rosa Fadón y Rafael Cid
En Cacabelos hicimos un alto donde mataron al lagarto
Cuando un peregrino nota que algo no encaja, sólo investigando encontrará respuestas.
Acompañados por nuestro amigo berciano David González, detuvimos
nuestros pasos junto al embalse de Bárcena para releer los viejos libros
e imaginar lo que se contemplaba antaño, que hoy se encuentra
sumergido. El actual nivel del embalse nos impidió fotografiar el puente
romano por el que los peregrinos cruzaban.
D. Augusto Quintana, que anduvo por aquí antes de la construcción del
embalse, dice en sus citados Temas Bercianos que la iglesia de Bárcena
conservaba una portada románica con arco de medio punto y ornamentación
interesante, con un capitel muy finamente tallado y que había una
virgencita sentada con niño que podía ser del siglo XII.
Escribe el Abad Gundisalvo cuando relata la peregrinación de la reina Leodegundia en el año 902: “Bajamos (de la Virgen de la Peña) y por Bárcena fuimos hasta el Río Cúa donde vimos muchos majuelos de uvas que hacen muy buen vino que consumen muy curado, por beber mucho alguien se emborrachó” Del Vexu Kamin de Julián González.
¡No cabe duda, el Bierzo se despliega ante nuestros ojos como un auténtico paraíso de la naturaleza!
Se cita un monasterio en el Tumbo Negro de Astorga cuando el abad
Vannaldo recibe una donación en el 962. Incluso Yepes en las Crónicas de
San Benito IV fol 273 aventuró que podía tratarse de un monasterio
dúplice. D. Augusto cita otro monasterio de San Julián en el año 1101
pero en el 1129 se aprecia el declinar del Viejo Camino y Bárcena queda
reducida a simple parroquia.
Miramos al embalse y dedicamos un recuerdo a todas las familias que
dejaron sus hogares y antepasados bajo las aguas que en el año 1958
inundaron su pueblo. Siempre ha sido así, unos se sacrifican por otros,
abandonan sus raíces para que otras gentes recibamos un beneficio sin ni
siquiera apreciarlo. “Bajos las aguas del Sil” es un libro que lo
recuerda y la Asociación de Romeros de Bárcena y Posada del Río trata de
mantener viva la memoria colectiva y trasmite algo mágico al hablar de
sus recuerdos hoy ahogados.
Al llegar a Cabañas Raras, Pepe nos lleva con Aquilino Guerra, el
autor del libro “Las Cabañas del Portier de Don Fernando” que trata de
la historia de este pueblo, que así se llamó en otros tiempos. Con las
indicaciones de Pepe y Aquilino encontramos uno de los dos puentes
romanos que aún se conservan.
D. Aquilino se reconoce como un cabañés sentimental que lleva a su
pueblo en el corazón. En su libro ya en el capítulo primero trata de la
vía romana, los puentes de Cabañas, el puente de Congosto y el Camino
Viejo de Santiago. También recoge una leyenda, sobre un grupo de los
primeros pobladores, que fueron pastores procedentes de las Alpujarras
granadinas, que llegaron con sus ganados y se asentaron en cabañas de
madera y barro distribuidas en los barrios del pueblo para aprovechar
mejor los pastos. En 1568 tuvo lugar la rebelión de las Alpujarras,
cuando los sublevados fueron vencidos, más de 80.000 moriscos fueron
repartidos por toda la península hasta que en 1609 Felipe III decretara
su total expulsión. El nombre de Portiel hace referencia al portazgo o
aduana que existió en los puentes, lo de Raras se debe a su organización
en barrios alejados y lo de Don Fernando... ¿alguien sabe quién era? D.
Aquilino aventura que podría tratarse del tercer Señor de Arganza.
Antiguamente utilizando esta Calzada romana, los peregrinos entraban en
Cacabelos más hacia el norte que en la actualidad, donde se encuentran
los restos arqueológicos de la Edrada, cerca del cementerio.
Nosotros llegamos muy de mañana, estaba casi todo cerrado y paramos a la
puerta de un conocido restaurante de la localidad. A mis acompañantes
les conté que en aquél lugar había una tradición: “convidar” a los
peregrinos que por allí pasaban con un trozo de empanada y un buen vaso
de vino de la comarca para reponer fuerzas. De repente, al otro lado de
la cerrada puerta, sonó una voz que decía: ¡ Y lo sigue siendo. Pasen
Vds. por favor...! Estábamos en La Moncloa. Mis amigos y yo cumplimos
con la tradición peregrina, a la vez que pudimos ver la fabricación
artesanal de los riquísimos pimientos y castañas del Bierzo y reponer
nuestras mochilas de chorizo y recuerdos.
Después contamos una leyenda de Mario Roso de Luna, que a pesar de sus
varias carreras universitarias pasaría a la historia como el mago de
Logrosán y afamado teósofo, así como es conocida la anécdota del enfado
con Valle Inclán por no quererle encontrar algún tesoro... Roso de Luna
visitó Cacabelos comisionado por un periódico para observar el famoso
eclipse de luna y aprovechó para escribir la leyenda del lagarto.
El culebro de Cacabelos era un ser monstruoso que aterrorizaba a la población.
Este culebro era un lagarto monstruoso que aterrorizaba a los aldeanos,
al comer sus vacas, ovejas y todo lo que se pusiera por delante. Los
vecinos se unieron para darle caza y consiguieron matarlo junto a su
cueva, que estaba donde el cementerio. Cuando entraron encontraron la
talla de una virgen románica, que llamaron la Virgen de la Edrada.
Quizá el nombre le venía de la Hiedra que la rodeaba o del termino
“estrada” ya que el lugar se encontraba junto a la vía militar o
estrada. Le construyeron allí una ermita en la que rezaban los
peregrinos del Viejo Camino, que cruzaban el río por un puente hoy
desaparecido y ascendían por la vaguada de la Sellana hasta la iglesia
de San Martín de Pieros, consagrada por el obispo Osmundo.
Las razias musulmanas destruyeron estas tierras que en el siglo X
Bermudo II dona al monasterio de Carracedo. En el año 1108 el arzobispo
de Santiago, Diego Gelmírez, reconstruye la ciudad y erige la iglesia de
Santa María, que hoy conserva su viejo ábside. La rehabilitación
consolidó su importancia jacobea, pero supuso un desacuerdo con el
obispo de Astorga, pues se hallaba en territorio de su diócesis. La
disputa concluyó con la donación de la villa por Alfonso VII a la
archidiócesis de Santiago en 1138, a la que perteneció hasta 1890. Se
salvó así este enclave que pertenecía al Viejo Camino de Santiago y allí
accedió el Camino Francés, que poco a poco fue predominando. Como la
Edrada fue perdiendo fieles se trasladó la imagen de la Virgen al centro
de la villa, a la iglesia de Santa María que la conserva en el óculo,
pero no es la original, pues la han cambiado por una copia, ¿quizá para
confundir a los amigos de lo ajeno?
Otra curiosidad que cita Roso está a la salida de Cacabelos en la
iglesia de la Virgen de La Quinta Angustia. La devoción popular
sintetizó los 7 dolores que padeció la Virgen: el 1º cuando la profecía
de Simeón, 2º en la huida a Egipto la 3ª El Niño Jesús perdido en el
Templo 4ª Jesús con la cruz a cuestas. La 5º Agonía y muerte en la cruz.
La 6ª Descendimiento a los brazos de María y la 7ª Sepultura de Jesús y
Soledad de María. ¿Por qué os digo todo esto? Pues porque cuando un
peregrino nota que algo no encaja, sólo investigando encontrará
respuestas. Quiero decir que si os fijáis la imagen venerada no
representa la Quinta si no la Sexta Angustia. El seis es el número de la
perfección y enseguida encontramos, el cinco y el cuatro, que se hallan
en la simpática Imagen del niño Jesús jugando a las cartas con San
Antonio. Se cree que es una alegoría templaria en la que se intercambia
el cinco de oros por el cuatro de copas. El Niño da el oro del
conocimiento iniciático al recoger el cuatro de copas, símbolo de
pasiones mundanas que nos impiden avanzar.
Y cantando una coplilla os dejamos:
“Al entrar en Cacabelos
lo primero que se ve
la Virgen la Quinta Angustia
con los molinos al pie.”
Blog de Excursiones de Rafa y Rosi
Blog de Asociación Camino Santiago de León“Pulchra Leonina”
Foto 1: Rafael Cid: Viejo Camino bajo el embalse de Bárcena
Foto 2: Rafael Cid: Virgen de la Edrada
Foto 3: Rafael Cid: El Niño Jesús jugando a las cartas con S. Antonio
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