lunes, 10 de marzo de 2025

Etapa 16 del Camino Francés: Astorga-Rabanal del Camino (Primera parte.).

Domingo 23 de febrero de 2025.

 




 
“De Astorga a Rabanal comiendo un buen cocido llegarás. Y los garbanzos que sean Pico Pardal”.

Este domingo 23 de febrero de 2025 los Amigos del Camino de Santiago de León “Pulchra Leonina”- más de cien- continuamos recorriendo otro tramo del Camino Francés, hoy entre Astorga y Rabanal del Camino. Etapa fácil y en suave pendiente por la comarca de la Maragatería saliendo de Astorga hasta llegar al bonito pueblo de Rabanal del Camino, ligado históricamente al Camino de Santiago y a los peregrinos.

Llegamos a buena hora a Astorga y en la explanada que hay al lado de las murallas, con el fondo de la Catedral y el Palacio de Gaudí, nos hacemos la “foto de familia”. 



 Tomando como punto de partida la Plaza de la Catedral avanzamos por la calle Leopoldo Panero, donde está la Casa Museo del poeta. Desde esta calle se puede hacer una foto muy atractiva de la Catedral de Astorga. Pasamos por delante de la Iglesia de San Pedro de Rectivía -lugar que visitamos la etapa anterior- y cruzamos la nacional N-VI. Pero antes paramos a tomar un café para “entonar” el cuerpo y empezar con más brío a caminar. Seguimos por la carretera comarcal LE-142 y salimos de Astorga. En unos pocos metros entramos ya en el término municipal de Valdeviejas. 



 A poco más de un kilómetro nos encontramos con la Ermita del Ecce Homo (siglo XVII) que está cerrada. Tiene una fuente y unas inscripciones a su lado en varios idiomas con la frase “La fe, fuente de salud”. A la derecha del Camino dejamos la localidad de Valdeviejas que depende administrativamente de Astorga. En otro tiempo perteneció a Castrillo de los Polvazares. Su Iglesia Parroquial está dedicada a San Verísimo y tuvo un hospital de peregrinos en el siglo XV.


Nos quedan dos kilómetros para llegar al término de Murias de Rechivaldo al que accedemos desde Valdeviejas cruzando la A-6 y dejando atrás el río Jerga. Su Iglesia Parroquial, bajo la advocación de San Esteban, se construyó en el siglo XVIII y en ella se venera una imagen de San Roque Peregrino. 

Saliendo de Murias de Rechivaldo se sigue ahora un poco cuesta arriba hasta llegar a Santa Catalina de Somoza. Pero a la entrada de Murias de Rechivaldo merece la pena tomar la variante que nos lleva a Castrillo de los Polvazares, declarado Conjunto Histórico-Artístico en 1980 y famoso por el exquisito cocido maragato que se puede degustar allí. 

Alternativa por Castrillo de los Polvazares:







Para llegar a Castrillo de los Polvazares cogemos a la entrada de Murias de Rechivaldo la variante que sigue la LE-142 y en dos kilómetros llegamos a la localidad. A la entrada podemos leer un cartel informativo sobre Castrillo de los Polvazares donde conocemos su origen e historia:

“Es una de las villas de mayor interés de toda la comarca de la Maragatería. Fue cabeza de Ayuntamiento y hoy es una pedanía del Ayuntamiento de Astorga. Su nombre proviene de su antigua ubicación en el cercano Castro de la Mesona. La denominación Polvazares se debe a que su situación sobre un terreno arcilloso de tierra rojiza facilitaba grandes polvaredas en la época seca del estío y al paso de carros y vientos. Su estructura se remonta a finales del siglo XVI y se completa en los dos siglos siguientes. El actual empedrado tan característico se realiza en los años finales del siglo XIX. Los dos cruceros situados a la entrada del pueblo y al final de la calle Mayor custodian a sus vecinos y daban fe a los arrieros de la honradez de sus vecinos. La arriería ha sido su mayor hito histórico. Aquí prosperaron económicamente un buen puñado de familias que levantaron muchas de las casas blasonadas que hoy perviven: los Salvadores, los Botas, o de la Puente. La casa de los arrieros ricos tiene un arco de medio punto que permitía la entrada de los carros hacia el interior. El patio central con corredores daba acceso a los almacenes y los establos. En la parte superior estaban las habitaciones. La cocina se sitúa en el centro de la casa y cuenta con un horno y una amplia despensa. Las casas más cuidadas tienen interesantes herrajes en cerraduras y tiradores”.

En la actualidad la principal actividad económica se basa en el turismo y la artesanía. Sus principales atractivos son su arquitectura típica y su gastronomía con el cocido maragato como distintivo.”
¡Qué de cosas interesantes aprendemos en el Camino de Santiago!


Avanzamos por la Calle Real de Castrillo de los Polvazares observando “sus casonas de piedra, balconadas y marquetería de madera pintadas en verde o azul y marcos de puertas y ventanas en blanco” como bien describe el gran periodista, escritor, investigador y consumado peregrino Antón Pombo – ponente en una de las conferencias de nuestras pasadas Jornadas Jacobeas 2024- en su libro “101 Lugares Sorprendentes del Camino de Santiago”. Dada la hora temprana que es los establecimientos de restauración se encuentran cerrados.


Después de visitar el pueblo tomamos una pista señalizada que desemboca en el Camino Francés junto antes de llegar a Santa Catalina de Somoza. Este es el punto intermedio de la etapa de hoy. 





A la entrada de la localidad charlamos con tres peregrinos estadounidenses que están haciendo el Camino, dos chicas de Texas y un chico de Wyoming y que como nosotros hoy terminan en Rabanal del Camino.

 Aquí también un panel informativo nos cuenta la historia de Santa Cataliza de Somoza: 

“Es un coqueto pueblo con casas típicas maragatas y rodeado de un bonito entorno con un pequeño núcleo de población de claro pasado jacobeo e histórica hospitalidad hacia los peregrinos. El lugar surge a partir del Hospital de Yuso cuyas ruinas aún recuerdan el paraje llamado Huerta del Hospital, nombre por el que se conocía a la población en la Edad Media. Luego tomó el nombre de Santa Catalina, al ser esta la primera advocación que tuvo su iglesia. Está documentada la existencia del Hospital de la Virgen de las Candelas anterior al siglo XV, del que ya no se conserva nada. Su Iglesia Parroquial de Santa María, que data del año 1708 fue reformada en 1982. En el interior del templo se conserva una reliquia de San Blas, patrón de la localidad y uno de los santos con más presencia en el Camino por su carácter asistencial”.

Hacemos una parada para descansar y reponer fuerzas. Entramos en el albergue “El Caminante”-el nombre nos va de perlas- y después de tomar el pequeño tentempié queremos ir a fotografiar el busto del “Tío Aquilino”, don Aquilino Pastor, vecino tamborilero de la Maragatería. 



Pero de camino, nos llama la atención una casa maragata que está abierta. Su dueña está barriendo. Le decimos que la casa es muy bonita y le comento si podemos entrar a ver el patio a lo que la dueña responde que sí y no sólo vemos el patio, sino que ¡nos enseña la casa entera! Es una casa heredada de sus suegros que ocupa una toda una manzana y es la típica casa maragata rehabilitada con mucho mimo y detalle. Podría pasar por una casa museo etnográfico de la zona. 

Nos despedimos y en la plaza hacemos la foto al busto de D. Aquilino Pastor, el “Tío Aquilino” tamborilero de la Maragatería. Hay una placa colocada en agosto de 2024 en la Calle Real del pueblo de Santa Catalina de Somoza dedicada al Tío Aquilino que dice:

    “ya retumba el tamborín, la flauta vierte lejana,
    un raudal de antiguos ecos, que hace remanso en el alma…”

 Como nota curiosa en el cartel informativo de la entrada a la localidad leemos que en el año 1979 el Tío Aquilino graba un disco titulado “Teleno: Música de las Tierras Maragatas”, su primera obra registrada, y cuyo formato vinilo es objeto de coleccionistas.

Texto: Marta María Fernández Santos

Fotografías: Ino Marcos, Juanjo Robles y Marta María Fernández. 


 

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