Como cada 5 de Octubre, los miembros de nuestra asociación, son invitados a formar parte de la comitiva que desfila con los pendones, y los grupos de folklore leonés, en la romería al santuario de la Virgen del Camino, para la celebración de San Froilán.
A las 8 de la mañana, una quincena de socios, partimos de la plaza de San Marcelo. Algunos ataviados con el traje de peregrino medieval. La caminata hasta la Virgen se desarrolla, por la ciudad y la parte trasera de las pequeñas y medianas empresas, de la carretera Nal. 120, creo que esta calle antes se llamó. Tras las casas, de este camino, poco hay que reseñar.
Este año partimos un poco más arriba de lo acostumbrado. Lo hacemos puntuales y sin ninguna incidencia. El espectacular día que nos acompaña, engrandece el desfile, en el que con las capas tipo, " Estameña ", pasamos algo de calor. Aquí ya reunidos todos los participantes de la " Pulchra", seremos unos cuarenta, los que portemos nuestro distintivo. El famoso pañuelo amarillo.
El desfile transcurre sin incidencias, premiado al final por los aplausos del público asistente. Ha pasado poco más de una hora cuando llegamos a la explanada de la Virgen. Los pendones seguirán llegando durante casi otra hora más.
Aprovechamos para preparar las lecturas de las ofrendas al Santo. Mochila, botas, vieira, bordón, pasión e ilusión del peregrino en el Camino, son ofrecidos por parte de nuestra gente.
Ofrecimiento de flores, Canto del Ramo y baile de una jota, homenaje al día y las advocaciones del santuario, da comienzo la Eucaristía, a cargo del Obispo de la diócesis, auxiliado por varios sacerdotes.
Casi una hora de ceremonia, bajo un sol de justicia aguantan las autoridades de León y de los "Ayuntamientos del Voto". Unos 30º, sobre las 13 horas, cuando esta termina como empezó. Cantando a la Virgen del Camino.
La comitiva se va poco a poco dispersando, algunos tratan de conseguir una ración de pulpo en las pulperías gallegas,. Venidas para la ocasión, otros de morcilla y los más tratan de comprar perdones en forma de avellanas. Visitamos los carros engalanados y ataviados a la antigua usanza, alrededor de los cuales comen los romeros que los prepararon y subieron hasta allí.
Visitando el mercadillo de los alrededores, nos volvemos a encontrar con compañeros de la asociación del Camino, para poco a poco, como decía mi abuela. Volver "Cada mochuelo a su olivo".
Y el próximo año por San Froilán, de nuevo a la Virgen del Camino.
Texto: Paco G. Palacios.
Fotografías: Jomardi
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