Leon, 13, abril, 2023.
Convocados por los responsables del área cultural de la Asociación de Amigos del Camino de Santiago “Pulchra Leonina”, dos grupos de socios acudimos a visitar la exposición que, sobre el genial Picasso, se presenta en el edificio “Botines” del no menos genial arquitecto Gaudí.
El edificio es una maravilla arquitectónica y merece otra visita para conocer toda su estructura.
Nos recibe Paloma (que se llama como la hija de Picasso) y, por unas artísticas escaleras de hierro y madera, ascendemos hasta el piso que alberga la exposición.
En la introducción sobre algunos aspectos de la vida de Picasso se destaca que es hijo de artistas y que su padre era profesor de dibujo lo que llevó a la familia a viajar desde su Málaga natal hasta La Coruña, Barcelona y Madrid.
Pero Pablo Ruiz, para triunfar, decidió trasladarse a París, al barrio de Montmartre, y lo hizo junto a su amigo Casajema que, tiempo después, decidió quitarse la vida suicidándose.
Además de ser un excelente pintor, destacó también como escritor, escultor y diseñador tanto de vestuario como de decorados para el teatro.
Como pintor se le define como “pintor del corazón y de los sentimientos”.
Fue un gran amante de las mujeres que se cruzaron en su vida, aunque, sobre el trato que el artista las dispensó, sobrevuela una historia un tanto oscura.
Era también un gran amante de los animales y se sabe que los perros eran los únicos que tenían licencia para entrar en el taller mientras el maestro trabajaba en sus cuadros, grabados y diseños.
En una primera sala contemplamos obras de sus etapas azul y rosa y de bocetos que, con el tiempo, acabarían convirtiéndose en su famosa creación “Las señoritas de Avignon”. Hay además varias otras que representan a mujeres sentadas en sofás.
En la siguiente sala se expone un conjunto de grabados cuyos principales motivos son cuerpos femeninos que aparecen, frecuentemente, acompañados de animales.
Entre ellos destaca uno del poeta y amigo Alberti que sería quien pusiera prólogo a la parte literaria de Picasso.
En una urna acristalada podemos observar la plancha metálica en la que Picasso grabó con su buril la figura de una bailarina que está impresa a la entrada de la sala.
En la sala final de la exposición podemos admirar varios rostros de sus mujeres entre las que destaca Jaqueline que, a la postre, sería la viuda heredera de Pablo, y de Dora Maar que, con su oficio de fotógrafa, nos ha dejado testimonio de todos los pasos de la elaboración del Guernika.
Los dibujos infantiles de los escolares que han visitado la exposición complementan esta visita que ha sido del agrado de todos los miembros de nuestra asociación.
Texto: Miguel Ángel Fernández Pérez.
Fotografías: Rosa Gómez y Jomardi.
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