viernes, 25 de noviembre de 2022

In Memoriam de nuestro socio AMADOR FLECHA.


 Carta entrañable dirigida por sus hijos Raquel y Sergio y su amiga Charo a su memoria.

“Es tan fácil, y la vez, tan difícil explicar todo lo que fue en unas palabras. Se dice que cuando algo te apasiona lo haces sin presión, con ganas, y que cuando haces lo que te gusta te sale solo, pero describir y escribir los sentimientos que provocaba y el significado de haberle tenido a nuestro lado se hace un poco complicado.
Se fue sin avisar, tan lleno de vida, con la mochila rebosante de sueños, completo, con brillo e ilusión en la mirada, con valentía. Porque los sentimientos no son para débiles. Imparable e indestructible, único y libre, con alas de acero.
Cada día de su vida y cada una de sus acciones le llevó a ser el hombre que era. Hemos tenido la gran suerte de haberle conocido y haber podido vivir junto a él las aventuras de cada día, siempre con una sonrisa en su cara y esas ganas increíbles de todo. Nos sentimos inmensamente felices de haberle tenido en nuestras vidas, de haberle disfrutado como amigo, compañero, hermano o padre. Pues tenemos la certeza que ha sido una persona inigualable para compartir las alegrías o tristezas, así como las situaciones fáciles o difíciles. Los momentos que hemos pasado juntos jamás los olvidaremos y quedarán en nuestro recuerdo. Lo más importante es haberlo podido vivir juntos. Se convirtió en un referente, un ejemplo a seguir, un fiel reflejo de todo lo que nos transmitía y ha enseñado. Nos puso muy fácil quererle, dejándonos una huella eterna.
Fue aquí, en el Camino de Santiago, donde Amador encontró la ruta perfecta, a su medida, donde disfrutaba de la naturaleza, la tertulia, la mesa, comiendo y bebiendo sin culpa, riendo abiertamente y, sobre todo, de hacer amigos. En definitiva, viviendo. Aquí mostró su mejor versión, donde poco a poco fue calando en nuestras vidas y en nuestro corazón, despertando sentimientos de gratitud, honestidad, alegría, tesón y lucha, siendo ejemplo modélico en su forma de sobreponerse a las adversidades, llevando en silencio sus problemas y ayudando en lo posible a las personas que le rodeaban. ¿Tenía miedo y momentos de flaqueza? Pues claro que sí. Cuando la vida se puso difícil para él, buscó las razones para seguir siendo feliz, valorando y disfrutando de su familia y amigos, y exprimiendo al máximo cada gota de vida.
Siempre tenía en mente tomar una copita de albariño y disfrutar con pasión del “momentum”, como él decía y hacía, y como solo él sabía. Enseñándonos a aprovechar cada segundo, a vivirlo con alegría y gran fortaleza. Su energía y vitalidad te contagiaban sin tan siquiera querer. Fue un luchador, un guerrero que nunca tiró la toalla y que, como en las etapas más duras del Camino, siempre miraba “p’alante” con una actitud envidiable.
Gran amigo en los momento buenos y malos, siendo guía para nosotros con sus consejos, ayudándonos en momentos de inseguridad dándonos el valor necesario para seguir. Para el recuerdo quedan los paseos en el Camino, siempre riendo y soñando con nuevas rutas. Tiempos memorables.
Nos ha trasmitido la paz que todo lo inunda, la calidez de su piel, su forma de ver y disfrutar de la vida, cada aliento, cada amanecer, cada ruta, cada consejo, con el mejor de sus sellos, el respeto. Mirando la vida con la inocencia de un niño, que no se quiere perder nada. Ha sido la inspiración de muchos de nosotros dejando una rastro imborrable y profundo. Nunca apagándose ni dándose por vencido, superando cada uno de los retos con tremenda valentía.
Fue, es y será. Siempre tendrá hueco en nuestros corazones, pensamientos y acciones. Nos acompañará y permanecerá a nuestro lado. Le recordaremos continuamente, teniéndole tan presente que hasta a veces tendremos la sensación de tocarle, sentirle, olerle y oír hasta su envidiable risa. Todo él quedará como un poso del mejor de los vinos en nosotros.

Amador, GRACIAS
Por llenar de ilusión, energía, chispa, optimismo, alegría y entusiasmo las horas que pasamos juntos.
Por hacernos sentir seguros a tu lado.
Por ser nuestro confidente, consejero y habernos transmitido tu sabiduría.
Por enseñarnos como se ve la vida a través de tus ojos.
Por hacer que las adversidades se conviertan en oportunidades.
Por alumbrar con creatividad y generosidad a las personas que te han rodeado.
Por tu apoyo incondicional y paciencia, por estar ahí cuando te hemos necesitado.
Por cruzarte en nuestro Camino y hacernos partícipes del tuyo, pudiendo acompañarte en el mismo.
Por todo lo que nos has enseñado y todo lo que has compartido con nosotros.
Por no haberte rendido nunca y haber luchado hasta el último momento.
Porque ese entusiasmo que te caracterizaba, fue siempre tu compañero de viaje.
Por todas las cosas buenas que has hecho por nosotros y la maravillosa persona que has sido.
Porque seguirás con nosotros hasta que volvamos a encontrarnos.

Deseamos que la estrella más bella del cielo ilumine tus sueños, lo mismo que lo hizo con tu vida y, al igual, que tú lo hiciste con la nuestra.       

Queremos terminar este pequeño homenaje con un especial agradecimiento al gran equipo de la UCI del hospital de León, que apostaron, lucharon y gastaron hasta el último cartucho por ti acompañándonos en tus últimos momentos con tremenda delicadeza, sensibilidad, compresión, profesionalidad y gran empatía. Gracias a ellos, y a pesar de la situación, hemos comprendido el significado de la frase “están hechos de otra pasta””. 


Desde la Asociación de Amigos del Camino de Santiago “Pulchra Leonina” agradecemos profundamente esta manifestación de sentimiento hacia nuestro socio Amador que formará para siempre parte de nuestra historia.

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