La primera Conferencia programada de estas Jornadas se celebró, el día 24 a las 20.00 horas bajo el nombre de 'Peregrinar hoy a Santiago' a cargo de Vicente Malabia Martínez.
Vicente Malabia Martínez, en su conferencia titulada “Peregrinar hoy a Santiago”, nos aporta, desde su experiencia personal, una serie de reflexiones sobre la motivación que debe animarnos a realizar un peregrinaje personal auténtico.
Lo primero es caminar. Caminar ha sido la constante que ha permitido la evolución de la especie humana. Cuando el hombre se puso en pie, pudo mejorar su capacidad de adaptación al medio y esto le permitió separarse, cada vez más, de su condición animal.
Caminar para avanzar, para alejarse, para reencontrarse, siempre caminar. Caminar para “cruzar al otro lado”. Y esto nos lleva a la segunda motivación. Cuando tenemos la necesidad de movernos, de “pasar al otro lado,” es porque somos conscientes de que hay un “este lado.” Estamos tan cómodos en “este lado” que pensamos en la delicia de ver pasar la vida en quietud, o tal vez nos gusta esquivar lo que no sabemos que podría venir. Se necesita una valentía especial, un atreverse a profundizar en uno mismo, para no quedarse en “este lado,” el lado de la mediocridad.
Cuando intentas cruzar “al otro lado”, muy frecuentemente aparecerán tormentas que intentarán oponerse a que recibas bendiciones.
Se puede hacer el camino por muchos motivos: por deporte, naturaleza, gastronomía, amistad, moda… Pero lo que de verdad nos debe motivar es vivir la experiencia de un verdadero cambio en nuestras vidas; no quedarnos en esta orilla, “pasar al otro lado” debe ser nuestra motivación más espiritual.
Una tercera motivación lo constituye el Santuario. El Santuario es un lugar para adorar y celebrar que allí se manifestó algo divino; a diferencia de los templos, lugares de conmemoración y de rendir homenaje a nuestros antepasados. El Santuario es el lugar de revelación de Dios.
La cuarta motivación, según Vicente Malabia, es el ritual. El ritual es un mecanismo simbólico cuya práctica contribuye a la regeneración permanente o periódica de la vida espiritual, a lo largo de generaciones, mediante su repetición. El ritual nos da seguridad; necesitamos confiar en un proceder que sirva para aplacar nuestra inquietud y nos proporcione paz interior.
Texto: Candelas Gómez Sánchez.
Fotografías : Ino Marcos y Rosa Gómez.
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