Hoy
hemos realizado una de las actividades mas bonitas de las que organiza
La Asociación Amigos del Camino de Santiago de León. Consiste en
sembrar un tramo del camino con semillas de distintos arboles autóctonos
para que fructifiquen y den sombra a los futuros peregrinos. La etapa
iba desde la localidad de Villavante, fin de nuestra siembra del pasado
año ( Podéis ver los recuerdos en nuestro blog) hasta Santibañez de
Valdeiglesias.
Llegamos a Villavante y
recordamos que el año anterior los hospitalarios vecinos de esta
localidad habían dejado el listón muy alto. En este pueblo se celebra
anualmente un famoso encuentro de campaneros de toda España que desde
hace veintitantos años acuden a la llamada con el fin de evitar que esta
tradición desaparezca.
Algunos
socios subieron a la espadaña, por su curiosa escalera de caracol,
hecha con buenos troncos de madera incrustados en los estrechos muros de
la torre. José Miguel y Ceferino nos obsequiaron en aquella ocasión con
una sesión de toque de campanas aunque hoy no sería correcto despertar a
los vecinos pues llegamos al pueblo a las 9 de la mañana. También
entonces nuestro compañero Andrés interpretó en el “armonio” algunas
piezas. Mientras nosotros contemplábamos las imágenes entre las que se
encontraba un Ecce Homo de la escuela de Salcillo. Tocó unos villancicos
y más. Lo hizo tan bien que ya está subido a youtube. https://www.youtube.com/watch?v=0uc2Dyyyb_s
Nos dijeron que en Villavante hay un barrio llamado del Palacio,
porque aunque nadie ha visto edificio alguno, los cimientos indican que
allí ha habido un edificio importante. Pues bien, vecinos del pueblo
movidos por la curiosidad, han tratado de investigar en los archivos del
Ayuntamiento, en los de León y hasta han llegado a los de Madrid,
consiguiendo información de que antiguamente un rey mandó construir un
albergue, para que pudieran descansar los peregrinos que iban hacia
Santiago, y al haber sido construido por un rey se le dio el nombre de
palacio.
Disfrutábamos
de un día esplendido para comenzar la siembra por el camino que
transcurre entre la via del tren y un molino actualmente convertido en
hotel. Sembrando seguimos hasta llegar al Puente de Órbigo, desde donde
contemplamos el majestuoso río del mismo nombre, escenario de tantos
sucesos famosos de nuestra historia.
Imaginamos
la batalla de Urbico entre el rey de los suevos, Reciario y los
visigodos al mando de Teodorico II, allá por el año 452. La misma
ribera, mucho después, fue escenario de la que tuvo lugar entre los
Ingleses de Moore, que perseguidos a uña de caballo por franceses, hacen
saltar por los aires varios arcos del puente, durante la guerra de la
Independencia de 1808.
Volviendo
hacia atrás, por el túnel del tiempo de la memoria, recordamos que por
aquí pasaría César Augusto, el victorioso emperador romano, intentando
pacificar Galicia para explotar después la riqueza aurífera del noroeste
de España.
Según
la leyenda, también caminaría por aquí el emperador Carlomagno,
peregrino pionero del Camino de Santiago. Personas de todo rango y
condición ennoblecieron con sus pasos el lugar, Dante Alighiery, soñando
mientras escuchaba el rumor de estas aguas, con escribir la "Divina
Comedia" y Francisco de Asís, propagando su Cántico de amor...y hasta
yo, cuando por los años 70 me destinaron a la oficina de Veguellina
perteneciente a la hoy desaparecida Caja de Ahorros de León.Pe ro, por
lo que en realidad se hizo famoso este puente fue por las Justas
Medievales del Paso Honroso, que organizó del caballero leonés D. Suero
de Quiñones.
Cuenta
la historia que el caballero D. Suero, al no conseguir el amor de una
hermosa dama del lugar, prometió ayunar hasta que ella le otorgara sus
favores. El tiempo pasaba y como la promesa era muy dura para un
caballero con las obligaciones de la época, pidió licencia al Rey Juan
II para cambiar la penitencia por otra más acorde con sus virtudes.
¿Sabéis
en que consistió la nueva prueba? Pues ni más ni menos que se ofreció a
que por el puente sobre el río Orbigo, lugar obligado para ir en
peregrinación a Santiago, no pasaría caballero alguno sin entregarle el
guante de su dama o romper una lanza en singular combate, con D. Suero y
sus compañeros. Y esta penitencia debería repetirse hasta que se
rompieran ¡Trescientas lanzas!.
Como
podéis suponer, la noticia corrió como la pólvora, acudiendo a ese
lugar no sólo caballeros peregrinos, si no también gentes deseosas de
fama y aventura. Los torneos se sucedieron y cada vez acudía más gente a
conocer de primera mano a D. Suero y sus mantenedores.
Yo
me imagino que el cuello de botella que se formó en el camino sería
como la entrada a Madrid el día uno de agosto cayendo en viernes. Quizás
por esto o tal vez por celos de las otras ciudades del camino, hicieron
presión ante el rey, el cual finalmente otorgó la dispensa al
penitente. Era el 12 de julio de 1434 y no se habían roto 300 lanzas
pero sí 176 cuando D Suero y los suyos marcharon por el Puente sobre el
Órbigo en pos de diferentes aventuras.
Por este mismo puente que ahora transitamos nosotros camino de Villares, continuando con nuestra siembra. En Villares de Órbigo
pasamos ante la iglesia parroquial, un edificio de estilos románico y
barroco, que en su interior alberga una hermosa talla de madera de la
Virgen del Carmen, acompañada de una valiosa cajonera de castaño y
roble. Preside la Imagen del Patrón Santiago. La Iglesia fue construida
en la primera mitad del siglo XVIII, es de planta rectangular, en forma
de cruz latina.
El
primer libro, del que hay constancia en su archivo parroquial, es el
Libro de Cuentas que incluye los años 1607-1676. Comienza con la visita
pastoral, en el año 1607, que realizó el Sr. Obispo de Astorga D.
Antonio Decares. Celebró el Sacramento de la Confirmación. Por dicho
libro conocemos que el sacerdote de la parroquia era D. Fernando Vaca de
Reinoso. y que había también un capellán de Santa Catalina, D. Isidro
Gutiérrez. Mandó el Sr Obispo que se realice un inventario mediante el
cual conocemos los objetos de culto y sus precios.
Como
estaban en misa a nuestra llegada nos dio "corte" hacer fotos, pero sí
pudimos admirar el retablo grande, que está en el altar mayor. Se hizo
en el año 1693 y fue dorado por Leonardo Sánchez en el 1717 y tardó 5
meses con tres oficiales. Su arquitectura está profusamente decorada
mediante guirnaldas y elementos vegetales, las calles se enmarcan
mediante columnas salomónicas dobles en el cuerpo central, componiendo
el primer cuerpo un sotobanco con sagrario diferenciado cuidadosamente y
el cuerpo principal.
En la hornacina central se encuentra la imagen de Santiago Matamoros a caballo,
que en el sombrero lleva la concha de peregrino, es de madera de nogal y
se hizo en el año 1630. A su derecha la imagen de San Roque con las
conchas de peregrino y a su izquierda San José con el niño estas
imágenes son de madera. En el cuerpo superior la imagen de Cristo
Crucificado sobre un fondo pictórico donde se representa el calvario.
Sobre la hornacina en un primer plano encontramos la imagen de la Virgen
entronizada con el niño: “La Virgen del Carmen” de época románica.
Tratando de no llamar mucho la atención de los feligreses nos acercamos a
otro retablo en el que está representado San Antonio de Padua.Otro más
en el altar de Santa Catalina, cuya imagen es de bulto redondo y las
tablas pintadas a pincel con las imágenes de la santa, San Bartolomé,
San Lorenzo, San Bernardino y otros santos.
Siguiendo
el camino aún pude fotografiar a Dani sembrando frutales en un área de
descanso compuesta de fuente y bancos todo ellos de piedra. Mientras
estuvimos alli pasaron junto a nosotros un peregrinos oriental, una
pareja de austriacos y otro extremeño con el que nos habíamos cruzado en
Hospital.
Santibáñez de Valdeiglesias y Valdeiglesias se
encuentran posicionados geográficamente en el llamado “Valle de las
Iglesias”. Quizás por su posición geográfica, por su tránsito Jacobeo o
porque hubo varias iglesias en el entorno.
De
Santibañez, destacamos su iglesia parroquial de finales del XIX, que
nos mostró amablemente Sofia mientras nos explicaba los cambios sufridos
en el pueblo durante los últimos años. La torre de estilo defensivo por
la protección que en su día debió prestar dada su envergadura, para
mantener la vigilancia, la iglesia está bajo la advocación de la
Trinidad, lo que hace suponer a algunos expertos que en este lugar
estuvieron asentados los monjes trinitarios, bastante activos en la
atención a los peregrinos desde el siglo XIII.
Consta
de una sola nave con techumbre plana, destacando en sus paredes
interesantes retablos dorados que guardan buenas tallas, como la de San
Roque. Al exterior presenta una elevada espadaña, que aloja dos
campanas.
Muy
cercana a la iglesia se encuentra una curiosa fuente soterrada, a cuya
fresca agua se accede descendiendo trece peldaños. Bebimos en el bar un
exquisito vino de cosecha de las viñas que todavía se cultivan en el
pueblo, hace años vendian tambien la uva pero en la acualidad escasea la
mano de obra que quiera trabajarlas.
Pregunté
también por el laberinto de maíz que se realizaba en las afueras del
pueblo y que suponia una interesante atracción turística para la
localidad, pero ahora ya no continuan haciendolo. En el mes de agosto
Santibáñez de Valdeiglesias, más bien sus afueras, se conviertian en un
inmenso laberinto, el más grande del mundo, El laberinto de Maíz. Este
monumento natural cambiaba cada año de fisonomía y temática y en su
centro se escondia un enigma, que los que recorren el laberinto y llegan
hasta él, tienen que resolver. Este proyecto fue promovido en su día
por la Junta Vecinal del pueblo y llevaba realizándose varios años,
siendo declarado de Especial Interés y Repercusión Turística
Regional por la Dirección General de Turismo de la Junta de Castilla y
León. Ahora alquilan los terrenos a un ganadero que cuida sus rebaños
Se
dice que el origen del Laberinto de Maíz, juego y reclamo que el pueblo
de Santibáñez de Valdeiglesias ofrecía cada año, está relacionado con
el Camino y el juego de la oca y que Santibáñez seria la casilla 42 de
dicho juego, o sea el laberinto. Para que no os quede mal sabor de boca,
en esta página podreis ver alguno de sus dibujos:
Desde
aquí volvimos a Hospital de Orbigo y para terminar la jornada,
degustamos una exquisita comida de hermandad. Al finalizar el Coro de la
Asociación entonó varias canciones dirigido por Conchita que tocaba el
acordeón.
Luego
trató de entrar en el acompañamiento Gabriel, tocando la gaita y
animado por su madre Amor y las muchachas que querían bailar unas jotas,
surgieron las canciones tradicionales de León que todos los comensales
canturrearon y a las que acompañó Rosi con la pandereta mientras Rosa
Gomez dirigía con la letra de las canciones.
Un final alegre para una jornada de hermandad.
Texto y fotos de Rafael Cid y Rosa Fadón
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