La Asociación de Amigos del Camino de Santiago de León “Pulchra Leonina” ha iniciado el pasado domingo día 28 el Camino de San Salvador de Oviedo vinculado a las rutas jacobeas.
Era una mañana fría pero junto a la fachada de San Isidoro, punto de partida de la marcha, se vivía una inusitada concurrencia y algarabía por la multitud de peregrinos que iniciaban el camino. Esta euforia acompaña a la fila multicolor a través de las calles por las que discurre la ruta.
En San Marcos reagrupamiento y foto junto al Peregrino que descansa a los pies de la gran cruz, del escultor Martin Vázquez de Acuña.
Frente a nosotros el extraordinario conjunto monumental que fue hospital de peregrinos desde que Doña Sancha, hija de Urraca I y hermana de Alfonso VII de León, lo donara en el año 1152 para la construcción de una iglesia y un hospital, junto al ya existente puente que permitía la salida hacia Astorga y Compostela. A partir de 1513 con una aportación del rey Fernando el Católico se lleva a cabo la reconstrucción del conjunto del hospital en estilo renacentista y fachada plateresca que conocemos ahora. Pasó por muy variados usos a lo largo de su historia. Entre otros fue sede principal de la Orden de Santiago en el reino de León, también prisión en el siglo XVII de D. Francisco de Quevedo durante cuatro años y en la época de la pasada Guerra Civil sirvió de campo de concentración de los presos republicanos. Hoy es un flamante Parador Nacional.
Vamos dejando la ciudad por las riberas del Bernesga vestidas con el blanco de la helada. Pasamos bordeando el ¿futuro? campo de golf cuya “puesta en valor” tantas veces, siempre fallidas, ha prometido nuestro ayuntamiento, y entramos en larguísimo pueblo de Carbajal de la Legua con su historia tan directamente ligada a la de la ciudad.
Aquí existió desde el año 967 un cenobio nominado de Santa María perteneciente a los Canónigos Regulares de la Orden de San Agustín que posteriormente, hacia la mitad del siglo XII, se trasladaron a San Isidoro de León. Fue ocupado entonces por las monjas benedictinas del monasterio de San Pelayo de la capital, posiblemente situado junto a la actual calle del mismo nombre, en el que se habían custodiado los restos del joven santo martirizado en Córdoba hasta su traslado por seguridad al monasterio del mismo nombre de Oviedo. Permaneció aquí el monasterio hasta el siglo XVI que fueron trasladadas de nuevo a León, a un convento construido en la Plaza del Grano que aún hoy se le conoce como “Las Carbajalas”. Del monasterio de Carbajal de la Legua no quedan restos a excepción de algunas piedras utilizadas en su hermosa iglesia de San Martin y en algunas casas particulares.
Salimos del pueblo por el antiguo Camino Real de la época de Carlos III, que quedó abandonado con la construcción de la nueva carretera de Asturias por lo más alto del páramo. Va discurriendo el camino por el bosque de tipo mediterráneo que puebla las empinadas laderas compuesto principalmente de robles y encinas y donde se dan frecuentemente los híbridos entre ambas especies que son muy curiosos porque tienen hoja muy parecida a la encina, con sus pinchos y todo, pero de tipo caduca y que se mantiene seca en el árbol hasta que sale la nueva.
El camino serpentea siguiendo la orografía del terreno y con espectaculares vistas de las vegas del rio pobladas de chopos y en el fondo del acantilado el gran caudal que el Bernesga lleva durante los inviernos fruto del deshielo de las montañas que se ven en el horizonte cargadas de nieve.
Es curioso y destacable en este tramo el área de descaso con mesa, fuente y un buzón con libro de firmas y dedicatorias. Todo ello nos sirvió de ligero respiro para continuar la marcha. Se agradece.
Llegamos a Cabanillas sede de la cofradía del Bendito Cristo que data de 1444 y ahora, fieles a la tradición, mantienen su capilla y un albergue de peregrinos en el cual, muy amablemente, nos ofrecieron escabeche, pan y vino.
Continuamos surcando los espectaculares bosques de la ribera izquierda del rio, pasando junto a La Seca donde destacan sus instalaciones comunitarias y el largo espigón que le protege de las posibles avenidas fluviales.
Ya en Cascantes de Alba somos muy bien acogidos en el Club Social del pueblo y pudimos reponer fuerzas con buena atención hostelera y en un destacado ambiente de camaradería. Después visitamos su hermosa y bien cuidada iglesia que posee una especie de claustro de entrada donde se realizaría el concejo y un conjunto de retablos barrocos bien conservados. Aquí nos hablaron también de que, según la memoria del pueblo, existió un hospital de peregrinos para atender a todos aquellos que pudieran necesitar de su acogimiento y atención.
El día tocaba a su fin y entre la alegría y las bulliciosas conversaciones transmitiéndonos unos a otros las vivencias de la marcha, regresamos a León esperando con sumo interés la nueva etapa que recorreremos el próximo día 11 de febrero para llegar hasta Buiza.
Buen camino
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