lunes, 5 de junio de 2023

Peregrinación de Primavera.

 Irun – Bilbao . 14 al 21 de Mayo.

Entre los días 14 y 21 de mayo de 2023, cuarenta y seis miembros de nuestra asociación “Pulchra Leonina” hemos realizado las siete primeras etapas del Camino del Norte, anteriores a la que habíamos iniciado en Bilbao el pasado mes de marzo de 2022.

Los augurios del tiempo eran muy desfavorables: ¡lluvia durante toda la semana!, así que cargamos las maletas con chubasqueros, paraguas, ropa y calzado para todos los “por si acasos”, cuyas dimensiones asustaban no solo a Marcos, que como siempre, nos hizo fáciles los traslados, sino también al propio autobús, que pudo con todo. 







El día 14 partimos hacía San Sebastián, donde ya desde la llegada nos invadió la magia de la ciudad. Conocida como “La Bella Easo” o “La Perla del Cantábrico”, entre otras acepciones debidas a su enclave, sus dos magníficas playas: La Concha y Ondarreta, y un aire afrancesado en su arquitectura, abrieron nuestros ojos a su luz. La subida al Monte Urgull fue un aperitivo maravilloso de lo que nos esperaba en los días siguientes, caminando al borde del mar Cantábrico casi hasta el final de la semana.



Al día siguiente nos dirigimos al lugar de nacimiento de esta ruta a Santiago de Compostela, conocida como Camino del Norte, el puente internacional entre Hendaya e Irún. Fuimos recibidos por responsables de la Asociación de Amigos del Camino de Santiago en Irún, que nos explicaron la historia de este emblemático puente, construido sobre el rio Bidasoa, frontera entre España y Francia. Permanecimos en él un buen rato, recreándonos en las historias que nos contaron y pensando en aquellos trenes que pasaban cargados de miedo y tristeza hacia el país vecino, hace apenas ochenta años. Nos sorprendió saber que la pequeña Isla de los Faisanes, que veíamos desde arriba, es el condominio más pequeño del mundo; con una extensión de apenas doscientos metros cuadrados, perteneciente de forma alternativa, desde 1901, a España y Francia, cada seis meses.











Comenzamos allí la primera etapa del Camino del Norte que, pasando por Pasajes de San Juan, con travesía en barca a Pasajes de San Pedro, finalizaría en San Sebastián, donde nos daría tiempo a ver de nuevo el Palacio Real de Miramar y el parque que le rodea -un magnífico enclave frente al mar, que la familia real -desde Isabel II a Alfonso XIII-, utilizaba en sus veraneos-. 








En los seis días siguientes fuimos coronando el resto de las etapas hasta llegar a Bilbao. Pernoctamos cinco noches en Zarauz, una preciosa villa turística por cuya playa, cada tarde-noche paseábamos, y que recomendamos visitar. Su gastronomía, el servicio y buen trato recibido en el hotel, fueron otro gran aliciente para querer alargar la estancia. Pero, había que seguir el Camino: San Sebastián, Orio, Zarauz, Guetaria, Zumaya, Deba, Markina, Guernica, Lezama y llegar a Bilbao en la mañana del día 21, han supuesto un plus en nuestra experiencia peregrina que no vamos a olvidar. 







Tampoco la visita a Loyola y su magnífico santuario jesuita o la subida a San Juan de Gaztelugache, esa centenaria ermita en medio del mar que a algunas de nosotras nos hizo olvidar el camino de vuelta.



En Guetaria, la cuna de Juan Sebastián Elcano, pudimos visitar el magnífico museo dedicado a Cristóbal Balenciaga y observar sus elegantes y sobrios diseños de alta costura, sin caducidad en el tiempo, que. seguramente, habrán inspirado a quienes se siguen dedicando al oficio de la moda.



Las dos últimas noches también tuvieron su encanto, alojados en Derio, en un antiguo seminario; un gigantesco edificio de tres cuerpos que nació como psiquiátrico en 1931 y que desde 1992 alberga un área de hostelería y distintas empresas y campos de deporte, que está ubicado cerca del aeropuerto de Sondica, desde donde partimos para la etapa final de Lezama a Bilbao. 









En la llegada a Bilbao, descendimos a la Basílica de Begoña, que está en la parte alta de la ciudad, visitamos a los ya viejos amigos de la asociación de peregrinos de la ciudad y buscamos donde comer los exquisitos pinchos vascos en el casco antiguo, por alguna de las “Siete Calles”, finalizando así esta semana de peregrinación que el mes que viene nos acercará un poco más a Santiago.




En nuestra andadura fuimos encontrando muchas peregrinas y peregrinos extranjeros, pero también españoles, algunos de Zamora y León, con los que casi cada día coincidíamos y cambiábamos experiencias y comentarios, lo que constata la existencia de un Camino de Santiago muy vivo y creciente, en el que reina un ambiente especial de camaradería y complicidad, que lo hace diferente, y, por el que, sea cual sea la ruta elegida, seguiremos caminando. 

Texto: María Ángeles Zayas. 

Fotografías: Ino Marcos, Rosa Gómez y Carmen Ordas.





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