(cosa
en que yo estoy de acuerdo)
que debemos escribir
todo
lo de Ribadeo.
Que
ella se va de vacances
y
si hecho no lo tengo
al
blog debo yo subirlo…
¡Madre
mía, santo cielo…
porque
yo hago lo que sea
mas
en el blog no me veo:
eso
veo eso yo más difícil
que…conseguir
ir al cielo.
Rosa también me
lo haría
pero,
como Marta, veo
que
anda con su santo Rafa
por
ahí, de cuchipandeo.
Y
aunque internet lo hace todo…
alguna
cosa yo veo
esté
bien o esté mal hecho.
Mas
vayamos a la esencia,
centrémonos
en lo nuestro.
*
* *
Volviendo
a Rosa quería,
volviendo
a ella yo debo
advertiros
lo que oí
y
que creer yo no quiero:
Me
dijo uno de estos días
"esta
vez, de fotos, tengo,
poquito,
poco, muy poco,
muy
poquito y no bien hecho".
Pero
yo no le he creído,
como
si ella, exigente,
hubiera
tenido miedo
de
que esas fotos suyas,
aquellas
que ella había hecho
no
fueran de calidad,
pero
lo que yo ahora pienso
es
que su intensa actitud
la
lleva a juicios que, creo,
son
fruto de su exigencia
Y
fruto de sus esfuerzos.
y,
además debo decir,
que,
después de Ribadeo,
allá
en Las Catedrales
allá
con su compañero
que
yo la vi de modelo:
no
cargada con la cámara,
pisando
allí en los esteros
que
el agua iba formando
en
su remanso sereno.
* * *
Y
mucho me extraña a mí
que
aquel paisaje tan bello
no
le fuera un buen motivo
para
esos bellos reflejos
que
con su cámara capta
desde
cerca y desde lejos.
Que,
como en otros caminos,
todos
nuestros peregrinos
maravillosos
muestreos
Florales, que nos dejaban
casi,
casi…sin aliento.
Rabia
nos daba allí a todos,
en
caminos y senderos,
ver
aquella variedad
de
colores y floreos
pimpantes entre las zarzas
o
entre los cardos más recios.
Dos
matojos nos llevaban,
casi
al encabritamiento:
los
de hortensias y de calas…
enhiestas
como un lamento
en
el que el sol se refleja
De
hortensias y calas hablo
porque
son las que yo creo
que
más familiares son
a
estos leoneses romeros.
No
me extraña que allí alguno
dijera
no muy contento:
¡La madre que las parió…!
Y las que en León yo tengo
ni me crecen ni me adornan
a pesar de que en mi huerto
horas y horas echo yo
y kilos de abono echo!"
Si
enumerar yo debiera
las
flores que allí se vieron
tendría
que aprenderme luego.
*
* *
Pero
en fin, también yo digo,
decir
de inmediato debo
que
ni en Galicia ni Asturias
tienen
este sol intenso
que
nos da esa simpatía
a
los de este viejo Reino.
¿O
acaso no son simpáticos,
no
son un modelo excelso
de
elegancia y de finura
los
de este reino tan viejo?
de
este leonés su gracejo
con
la pesadez que hablan
casi
todos los gallegos?
Oír
a un leonés parece
de
la música el destello
más
fino que dios nos dio
a
estos del bendito reino.
En
cambio… si uno oye hablar
a
cualquiera en su gallego,
nos
parece lengua torpe,
sin
entonación ni acento.
Ya
lo decía la Pícara
Justina,
de quien recuerdo
que
los leoneses bien son
Moridos por su terreno…
por
su tierra, aunque me temo
que
exageraba Justina
en
ese juicio, tan…tierno.
*
* *
Más
cosas debía decir
más
cosas…de Ribadeo,
experiencia
que a Marita
trajo
recuerdos muy bellos,
entrañables
y nostálgicos
de
aquellos años primeros
cuando,
como profesora,
llegaba a estos terrenos
y
su académico celo,
…¿Cuánto
hace de aquel curso?
¿Cuándo
hace que fue eso?
veinte
años parecen muchos,
no
más de quince yo pienso
al
ver su jovialidad,
su
dinamismo y su aliento
para
todo lo que deba
ella
hacer con sentimiento.
Con
ella acaban los ripios
surgidos
en Ribadeo,
La playa,
de gran recuerdo,
Góticas
cual nuestra pulchra,
La
asociación y ese templo.
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Nicolás Miñambres
Fotografía: Marta Román
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