Esta
semana los
peregrinos de la Asociación de Camino de Santiago de León "Pulchra
Leonina" hemos caminado el Viejo Camino de Santiago por la
provincia de León y hemos cruzado el Esla para adentrarnos por Las Arrimadas.
Continuamos
nuestra quinta andadura por este “Viejo Camino de Santiago o de la
Montaña”, que saliendo de Cistierna por el puente del Mercadillo, nos
conduce a San Pedro de Foncollada, donde hubo un importante centro
monástico en la Alta Edad Media. La etapa continúa por La Acisa y
Barrillos de las Arrimadas, para introducirse por la “Puerta de Galicia”
siguiendo la denominada “Senda de los Rocinos” hasta la Devesa y La
Losilla, como nos indica Pedro Alba en su “Historia de la Montaña de Boñar”
Llegamos
al hermoso valle de las Arrimadas, extendido entre dos colladas, un
valle sin río, quizá porque serpentea bajo tierra, pues los amigos que
allí tenemos nos dicen que hay agua abundante en el subsuelo, que mana
en fuentes y pozos. Esa vena oculta proporciona energía y belleza
natural, que aflora en símbolos y curiosidades. La primera curiosidad
que observamos se encuentra en el pueblo de La Acisa, en su ermita
dedicada a San Antonio y San Hipólito.
Los
amigos de Acisa dicen que este último santo fue un gran escritor y
obispo del siglo II y se le representa generalmente con un libro en la
mano. No puede tratarse del mismo santo que a caballo y enarbolando
espada se representa en la escultura de aspecto ingenuo que se venera en
su ermita. ¿De quién se trata entonces? Nosotros tenemos una
explicación, que es un poco peregrina, como peregrinos que somos...
En
San Hipólito se superponen tres personajes, el obispo del siglo II, el
mártir del siglo III y el protagonista de la tragedia Fedra.
S.
Hipólito fue un soldado romano del siglo III al que se le asignó
custodiar prisioneros cristianos en aquellos primeros siglos de las
persecuciones. Convertido por ellos a la fe, fue martirizado al asistir
al entierro de otros martirizados. Murió despedazado por dos caballos
salvajes a los que le ataron. Los fragmentos de su cuerpo, fueron
enterrados a lo largo de la vía Tiburtina en Roma.
¿No os recuerda esto a una tragedia griega? Pues
efectivamente hay un sustrato de leyenda en nuestros pueblos, que quizá
tiene sus raíces en la cultura greco-latina. En Fedra, tragedia de
Eurípides, el protagonista es Hipólito “el que sana a los caballos”, que
también murió descuartizado, enganchado a las crines de los que
llevaban su carro. En esta obra clásica, Hipólito es adorador de
Artemisa, diosa de la Caza, Fedra se enamora de él, pues está poseída
por Afrodita, diosa del Amor...Es una obra en la que los hombres se
muestran torturados por los deseos de dioses que dominan sus vidas.
Nuestro
caminar nos lleva a la Iglesia de Santa Marina que comparten Acisa y
Barrillos. No siempre fue parroquia, pues el P. Alba dice en su libro,
que existe la tradición de que los templarios se hubieran instalado
aquí, fundando una encomienda. No es de extrañar, pues estos caballeros
protegían a los peregrinos y además eran buscadores del conocimiento
antiguo. Sabemos que ubicaban sus encomiendas en lugares que guardaban
una relación con las estrellas y su simbolismo.
Los templarios ubicaban sus encomiendas en lugares que guardaban una relación con las estrellas y su simbolismo. Hasta
ahora no hemos encontrado documentación que lo confirme, pero aún hacen
falta muchos investigadores para desentrañar nuestra rica historia. Sin
embargo, hay abundantes tradiciones orales, que pasan de generación en
generación para mantener el recuerdo de hechos que impactaron el
inconsciente colectivo y merecen ser investigadas. Buscando como
curiosos peregrinos, nos llegó una intuición. Ya sabéis, para
orientarnos en la noche seguimos la dirección de la Vía Láctea, también
llamada “Camino de Santiago” o “camino de estrellas”, así que
encontramos en internet información sobre “Geo-astronomía Templaria”.
Buscamos en las estrellas que sobrevuelan estos cielos alguna clave, por
aquel principio del Kybalion de “Lo que es arriba es como lo que es
abajo” y ¡bingo!
Dimos con una página donde Francisca Martín Cano Abreu
nos lo explica. Dice que los Templarios dispusieron sus enclaves en la
Península Ibérica de manera tal, que representan la posición de diversas
estrellas y constelaciones de la bóveda celeste. Además relaciona los
nombres de los pueblos que forman parte de cada constelación.
De
las que a nosotros nos interesa, la número 6 SERPENTARIO: recorre los
pueblos de Buiza, Barrillos de las Arrimadas / Villapalmaz, Rabanal de
los Caballeros, Suano, Oña, San Pantaleón de Losa. Por lo que según
esto, nos encontramos ante un importante enclave templario.
Pero ¿en qué consiste la constelación de “serpentario”? Se
trata de una serpiente, no física sino simbólica. Para encontrar su
significado hay que sumergirse de nuevo en las leyendas greco-romanas.
Pues el portador de la serpiente no es otro que Asclepio, hijo de Apolo y
de la humana Coronide. Educado por el centauro Quirón, acompañó a los
Argonautas en su mítica expedición, pues poseía grandes conocimientos de
medicina, llegando incluso a resucitar algunos muertos como a Hipólito,
el precedente griego del santo cristiano que acabamos de comentar en la
ermita de la Acisa. Se disgustó Hades, señor del Inframundo, pues le
quitaba personajes que le correspondían a él. Por eso pidió a Zeus que
lo castigara, matándolo con un rayo. Entonces Apolo apenado por su hijo,
se cargó a todos los Cíclopes, que eran los encargados de fabricar los
rayos a Zeus. Ante el dolor de Apolo, Zeus se apiada y asciende a
Asclepio, con los dones de salud y renovación, en la Constelación de
Serpiente.
Como podéis ver nos hemos vuelto a encontrar con la mitología y su simbolismo de renovación y sanación, Hipólito el griego, que renace en Hipólito el Santo y las vetas de energía sanadora que subyacen en el Serpentario Templario.
Rodeamos
el templo, sorprendidos tanto por su grandiosidad y fortaleza como por
su belleza interior. Escudriñamos las paredes con atención. Encontramos
cruces y marcas con los signos + Z, d, ¿9 o un 6, reforzaría el símbolo
de Serpentario?
Una marca de cantero atrajo especialmente nuestra atención, era un caracol.
Este animalito es muy querido por los peregrinos, pues se desplaza con
la casa a cuestas como nosotros. Es símbolo de buena suerte. Se
encontraba en lugares sanadores para el alma y el cuerpo, ya que en la
antigüedad se creía que la energía fluía de las entrañas de la Tierra
Madre en forma de espiral, como la figura que contiene su cascarón. Todos estos signos nos muestran la misma idea espiritual de retorno, renovación, sanación.
Así
que no nos sorprendimos cuando estuvimos en la romería de Nuestra
Señora de los Remedios llamada “la Virgen milagrera” que se celebra en
Barrillos de las Arrimadas. Algunos devotos procesionan descalzos, como
se hace desde siglos.
¿Puede ser que de forma inconsciente busquen estar más en contacto con la Naturaleza?
Se congrega una gran multitud de fieles en torno a la Virgen, que
cumple los deseos de los que la invocan y no dudéis que focalizando el
pensamiento positivo de todos los asistentes se alcanzarán también
vuestras peticiones.
Ved nuestro artículo publicado el 10 de marzo en el periódico La Nueva Crónica de León:
Para saber más
Consultad la bibliografía citada:
Pedro Alba en su “Historia de la Montaña de Boñar”
Francisca Martín-Cano Abreu, "Geografía astronómica de plazas templarias"
Pedro Alba en su “Historia de la Montaña de Boñar”
Francisca Martín-Cano Abreu, "Geografía astronómica de plazas templarias"
Para conocer más Historias y leyendas del Viejo Camino de Santiago en la provincia de León:
Ved el cuarto artículo, Piedras que hablan: S. Guillermo de PeñaCorada, en LNC de León
Ved el tercer artículo, Vírgenes, santos, tortugas y dragones, en LNC de León
Pincha sobre la imagen o sobre este enlace para leerlo más cómodamente.
Pincha sobre la imagen o sobre este enlace para leerlo más cómodamente.
Foto y textos de Rosa Fadón y Rafael Cid
Texto y fotos de Rosa Fadón y Rafael Cid
2 comentarios:
Semana a semana, recibo una agradable sorpresa con vuestros comentarios sobre cualquier curiosidad del camino.
Gracias Luis, por entrar y comentar. También nosotros estamos sorprendidos por todo lo que encontramos en este Viejo Camino de Santiago por nuestra provincia de León. ¡Qué rica historia espera... para salir a la luz!
Publicar un comentario