9ª Historias y Leyendas El Viejo Camino de Santiago en la provincia de León.
Vivimos una jornada como si estuviéramos en el Laberinto del peregrino Juego de la Oca. En este 9º artículo los peregrinos salen de Valdepiélago por un camino equivocado y regresan de nuevo para encontrar a San Froilán,
cuyos restos reposaron en Valcésar, junto a la Valdorria y
Valdepiélago. Así también han caminado en busca del santo los peregrinos que nos
han precedido en los pasados siglos como queda dicho en los libros que
aquí se comentan.
Dejamos nuestra crónica anterior junto a las ruinas del castillo del Curueño. Parece ser que el mítico Almanzor lo atacó, pero no pudo apresarlo y se salvó al igual que el de Gordón, junto al que pronto pasaremos continuando nuestra ruta del Viejo Camino de Santiago. Sin embargo el fragor de esta batalla quedó grabada en el subconsciente colectivo de tal forma que aún hoy se cuenta el diálogo entre el jefe agareno llamado “Mun el Tuerto” que pedía a gritos la rendición del alcaide: ¿cedes? Este le respondía a pleno pulmón: ¡No cedo, no cedo! Fijaos que muy próximos tenemos dos pueblos, cuyos nombres, Montuerto y Nocedo, rememoran esta leyenda. El moro Mun el Tuerto y su gente regresaban vencidos, lamentándose de esta manera: “Aviados vamos por este Campo Hermoso por donde cantan las aVecillas.” Hoy sin miedo a las batallas, los peregrinos podemos transitar por los bucólicos pueblos no sólo de Nocedo y Montuerto, sino también por Aviados, Campo Hermoso y la Vecilla.
Los moros derrotados decían: “Aviados vamos por este Campo Hermoso, por donde cantan las aVecillas.”
El
paisaje es hermoso realmente, los pajarillos cantan y nosotros
seguíamos las típicas flechas amarillas por la carretera que nos llevaba
en dirección a la Robla cuando ¡de repente! comenzamos a sospechar que
algo fallaba. Imposible seguir sin visitar la ermita de nuestro patrono
San Froilán en la Valdorria y el Valcésar, en cuyo anchuroso valle
escondido, el Santo había dirigido la repoblación en tiempos de Alfonso
III. Consultamos el mapa que editó la Federación de Asociaciones de
Caminos de Santiago que, efectivamente marcaba la etapa por carretera,
así que aparentemente íbamos por buen camino. Paramos a consultar los
libros que a modo de cuaderno de bitácora llevamos en nuestra mochila.
Foto de Rafael Cid: Libro del Vexu Kamin
Sacamos el libro Vexu Kamin, de Julián González, que recoge un Documento,
que fue escrito en latín, en el año 902. Es la carta que escribe el
abad Gundisalvo, del desaparecido monasterio de Viseo, próximo a la
Valdorria, a su fundador San Froilán y se tradujo a “la lengua de aquí”
por el monje Valerio en el año 1002. Narra la peregrinación a
Santiago, del cortejo real de Leodegundia, hermana del rey Alfonso III
el Magno, casada con García rey de Pamplona, desde donde inician la
peregrinación. El texto va puntualizando la ruta y las curiosidades del
viaje, como un predecesor del Códice Calixtino.
Dice el Documento al llegar a Valdepiélago:
“Por el valle del Piélago… por la Bérbula (la Mata de) y Morquera (la Peña) fueron a nuestro Valcésar y me dijeron haber visitado la ermita que vos hizo (la Valdorria)…”
Estaba claro que el trazado histórico lo habíamos perdido en Valdepiélago.
Cuando me dispuse a “desfacer el entuerto” avisando que el Viejo Camino
de Santiago por la montaña de León no pasaba por donde decía el mapa de
rutas peregrinas ¡Me ofrecieron marcarlo como ruta alternativa¡ ¡Ay, Si
los viejos autores leoneses levantaran la cabeza! Pues es cierto que el
peregrino elige su ruta, pero no debería haber dos, una ruta histórica
que cruza León por las antiguas vías romanas y otra que para facilitar
el trayecto hasta Santiago, viene por las asfaltadas carreteras.
El Documento del año 902 no es la única prueba del trazado histórico, veremos estos libros
que nos demostrarán que el Viejo Camino de Santiago corre el peligro de
convertirse en un camino olvidado si no tenemos en cuenta el legado que
los que nos precedieron aportaron. ¡Despertad Instituciones,
Asociaciones de Peregrinos y Ayuntamientos implicados¡
Foto de Rafael Cid: Río Curueño en Valdepiélago
Ved el libro “La historia de la Montaña de Boñar, escrita por don Pedro Alba, párroco de Valdesaz de los Oteros en 1863”,
que así se titula al gusto de la época. Reeditado en 2001 por Ediciones
Leonesas. Yo, ensimismado por lo bien que me lo pasé en su día al
leerlo, el libro se me resbaló de las manos quedando abierto
oportunamente por la página 57 que dice:
“venía otro camino menos principal, pero tal vez más usado en tiempo de calores, al par de Guzpeña, cortando desde Puente del Muey a Mercadillo,(Cistierna) Arrimadas, Boñar, Valdepiélago, etc. Cuya dirección hemos visto llevar en nuestros días (1.863) a los peregrinos y se colige que la llevaban de antiguo…”
Sí, el camino llegaba a Valdepiélago para seguir al valle de Valcésar por la Mata de la Bérbula por la calzada romana, luego a la Valdorria para venerar los restos de San Froilán,
pues aunque el rey le dio sepultura en la catedral de León de la que
fue obispo, cuando León iba a ser tomada por Almanzor, lo que ocurrió en
el año 998, se trasladaron sus santas reliquias al Monasterio de San
Juan, que él había fundado en Valcésar próximo a la Valdorria,
Ayuntamiento de Valdepiélago y allí permanecieron durante muchos años,
hasta que volvieron a la catedral legionense y parte de ellas se
veneraron en Moreruela, tal era la devoción que el santo aglutinaba en
todo el reino de León.
Foto de Rafael Cid: De Valdepiélago a la Mata de la Bérbula
Siguiendo los testimonios de otros historiadores leoneses abrimos el libro de “La ribera del Torio” Editado por Celarayn y escrito por Maximiliano González Flórez en 1982. Este gran conocedor de la montaña leonesa nos dice:
“La ermita que hoy sustituye a la cueva de san Froilán es de un estilo muy sencillo…sobre el arco de la entrada hay un escudo heráldico que lleva la imagen de Santiago Apóstol en plan acometida guerrera. Este santo tenía que presidir las rutas de peregrinación y por Valdorria pasaban miles de peregrinos que veneraban a San Froilán y proseguían después hacia el Camino de Santiago” (pág. 225)“Entre otras rutas peregrinantes se habla de una que venía desde Puente Almuhey pasando por Boñar, donde había un hospital de peregrinos. Seguía hasta Valdepiélago con dos direcciones (Observad que nada se dice de la Vecilla a la Robla etc.) una llegaba hasta Nocedo para subir por la difícil senda que conduce a Valdorria. Otra se desviaba desde Valdepiélago por la Mata de la Bérbula para llegar a los lugares de veneración...Después de cumplir la visita, proseguían por Correcillas para pasar el Torio por el puente de Villalfeide. Seguían por el valle de Coladilla a Villar del Puerto para incorporarse por el camino de la Tercia en la Vid” (pág. 226)
Un documento muy citado, titulado “El primitivo camino de peregrinación por las montañas leonesas” publicado en Cuadernos de Estudios Gallegos, fasc. XL, año 1958 por el arqueólogo e historiador José María Luengo, dice:
“El camino leonés de la montaña comenzaba en Puente Almuhey, pasaba el Cea, siguiendo por Mercadillo; cruzaba el Esla para encaminarse a Barrillos de las Arrimadas – Donde hubo posteriormente residencia de Templarios, lo que confirma no haberse perdido en dicha época el uso de este camino—y desde allí subía hasta Boñar, en cuyo punto existe un gran puente sobre el Porma. Una prueba más de la permanencia de esta ruta jacobea, aún en pleno siglo XIII…El camino para Galicia seguía por la orilla derecha del río Porma pasando por un pueblo hoy desaparecido, que se denominaba San Julián desde donde se dirigía a Valdepiélago para cruzar el río Curueño, por un puente que hoy subsiste, notablemente reformado y seguía por Villalfeide, salvando allí el río Torio”.
Foto de Rafael Cid: San Froilán en la iglesia de Valdepiélago
El Viejo Camino de la Montaña es recordado por historiadores, arqueólogos o simples peregrinos.
Como
veis el “Viejo Camino de la Montaña” no es un camino olvidado por
todos, a lo largo del tiempo, lo recuerdan historiadores, arqueólogos o
simples peregrinos curiosos como nosotros. Así que, ¡a seguir la huella
que nos ha dejado Leodegundia! si queréis hacer nuestra ruta y coincidir
con los testimonios históricos que nuestros mayores han dejado en
nuestras manos y ahora en las vuestras...
Con
la conocida frase: “Del laberinto al treinta” nos castiga “el peregrino
Juego de la Oca” y nosotros tenemos que desandar parte del camino, con
el mal sabor de boca por tener que disentir con personas que aprecias y
que son tus compañeros y amigos, para regresar a Valdepiélago.
(Piélago=pozo en el río) Pozo del juego... y esperaremos hasta que otros
peregrinos lleguen y nos saquen del pozo
Para saber más Consultad la bibliografía citada:
"Vexu Kamin", de Julián González Prieto, 2004
“La historia de la Montaña de Boñar" de Pedro Alba, 1.863
“La ribera del Torío” por Maximiliano González Flórez, Ed. Celarayn, 1982
“El primitivo camino de peregrinación por las montañas leonesas” de José María Luengo, 1958.
Para conocer más Historias y leyendas del Viejo Camino de Santiago en la provincia de León:
Ved el artículo séptimo, Boñar: turismo termal desde la antigüedad
Podéis leerlo más cómodamente pinchando sobre la imagen o sobre este enlace.
Ved el cuarto artículo, Piedras que hablan: S. Guillermo de PeñaCorada
Ved el tercer artículo, Vírgenes, santos, tortugas y dragones, en LNC de León
Pincha sobre la imagen o sobre este enlace para leerlo más cómodamente.
Texto y fotos de Rosa Fadón y Rafael Cid
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