Un Faro en la Ruta Jacobea.
Los que viajamos asiduamente por la autovía A-321 (León-Burgos) en la región agrícola de Tierra de Campos, sabemos bien de Bercianos del Real Camino por su anómala torre campanario. Esta estructura metálica, de 37 metros de altura al estilo torre Eiffel, actúa como un faro para muchos viajeros, turistas o peregrinos.
La pintoresca historia de esta torre comienza un fatídico lunes, 8 de junio de 1998, cuando la iglesia mudéjar de San Salvador, una seña de identidad para sus parroquianos, sufrió un colapso. A las once y media de la mañana, las numerosas y evidentes grietas que la habían herido de muerte, acabaron por rematar la vida de la torre y el templo. La hermosa torre de 30 metros de altura se desplomó debajo de una gran nube de polvo, llevándose consigo en pocos segundo más de cinco siglos de historia.
En el verano de 2019, el buen ánimo de su Ayuntamiento permitió que, tras veinte años de esfuerzos y adversidades varias, se finalizara una "original réplica" de la iglesia, así como preservar algunas piedras simbólicas de la estructura original.
Un Refugio para los Peregrinos.
Paralelamente, también la historia del albergue parroquial de Bercianos del Real Camino (instalado en la antigua casa rectoral o casa del cura), surge como “Ave Fénix” en 1999, un año después de esta gran hecatombe. El albergue sigue siendo de donativo y nace espontáneamente por el apoyo altruista de sus vecinos y a su vez, auspiciado por el movimiento de los Hospitaleros Voluntarios (HOSVOL), queriendo ser en todo momento, revulsivo y fortaleza para preservar la herencia y los lazos de hospitalidad (“un lugar a cubierto donde dormir y un fogón donde calentarse y cocinar”), hacia todos aquellos peregrinos que pernoctan en sus cuatro paredes. "Quien a vosotros recibe, a mí me recibe, y quien me recibe a mí, recibe a Aquél que me ha enviado..."
Este faro, torre y albergue, ambos, hace que el peregrino, después de una jornada dura en su caminar, encuentre luz y un remanso de paz, cobijo, como a su vez, ser imbuido de las mejores virtudes de la acogida cristiana, haciendo de Bercianos, minúscula villa, se encuentre situada en un lugar preferente dentro de los mapas y el compás de cada peregrino.
Misa como acto de acción de gracias.
Así pues, con este preámbulo, el pasado martes 6 de agosto, a la 19:00 horas y en la ermita de San Roque, nos dispusimos a celebrar con júbilo sus primeros 25 años de vida.
La tarde era calurosa, pero el cielo encapotado en esos momentos, nos ayudaba a sobrellevar la canícula. De esta manera empezó la eucaristía, concelebrada por sus antiguos administradores, los sacerdotes: D. Jorge García, actual párroco, D. Aníbal García Álvarez, su primer regente, D. Rubén García Peláez, antiguo párroco y actual canónigo de la Catedral de León y, el Padre Marista, D. Antonio Fernández Sancho, de la vecina Sahagún y coordinador de la Diócesis de León en los temas del Camino de Santiago.
Como no podía ser de otra manera, juntos, el pueblo entero, antiguos hospitaleros y con otros muchos benefactores, se desarrolló esta acción de gracias tan sentida y emotiva y, siendo animada por la típica flauta y tamboril y por el coro parroquial. De la misma manera, los Amigos del Camino de León ataviados con sus vestidos y capas de antiguos peregrinos, dieron la nota de color y el legado jacobeo.
Texto: Pedro Antonio García Cordero.
Fotografías: Jomardi. (Algunas de las fotos son del mes de marzo y septiembre del año 2010).
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