25 y 26 octubre de 2025.
Este pasado 25 de octubre, un día antes del 30 aniversario de la fundación de nuestra asociación, acometemos la última etapa del Camino Aragonés y Frances que habíamos iniciado en 2024 en Olorón (Francia) y que tantas y buenas experiencias nos ha proporcionado en su transcurso.
Comenzamos este hito final en Pedrouzo con una mañana fresca y húmeda que se sentía especialmente al atravesar por el precioso bosque inicial. Solamente se oían los pájaros madrugadores y los murmullos de los peregrinos del pañuelo amarillo que se iban mezclando con los demás peregrinos y con los ya bastante cansados participantes de la carrera “Ecocamiño 2025” en su V edición, que corrían los 50 km que separan Melide del Monte do Gozo. Terrible esfuerzo. Y eran de carne y hueso como nosotros ¡Quién lo diría!
No me resisto a informar que ganó la carrera en hombres Eduardo Fabeiro que hizo el recorrido en 3 horas 34 minutos, y en mujeres Belén García que lo hizo en 4 horas 26 minutos. Tiene muchísimo merito hasta el último que lo hizo en 10 horas y 3 minutos. Agotador solo de pensarlo.
Nosotros mucho menos ambiciosos subimos las empinadas cuestas con más sosiego y contemplando el precioso paisaje gallego hasta llegar a la iglesia de San Paio de Sabugueira en Lavacolla donde se partían los dos tramos de la etapa. Aquí los peregrinos medievales se daban un baño para entrar en Santiago sin la “mugre” que, casi seguro, habían adquirido en su larguísimo y no siempre fácil camino.
Continuamos hasta el Monte do Gozo y su espectacular y bien cuidado entorno: la ermita de San Marcos; las esculturas de los peregrinos; el gran complejo de hostelería con capacidad para 800 peregrinos, sala de convenciones y un gran equipamiento de servicios; el enorme auditorio al aire libre en el que han actuado artistas como Bruce Springsteen y The Roling Stones, entre otros y donde se celebra cada primavera el festival de música “O Son do Camiño”. En esta época se respira sosiego aquí.
El resto del día lo dedicamos a presentar la credencial en la oficina del peregrino y obtener la ansiada “Compostela”. ¡Hemos completado el Camino!.
La cena comunitaria en el Martin Pinario fue muy animada y preámbulo del paseo nocturno por las concurridas rúas de Compostela, pero no disfrutamos de la tuna en los bajos de Rajoy, supongo que por estar en obras el propio palacio y el parador. Nos enteramos después que habían estado invitados en un barrio de cerca de la estación en el que se celebraba un festival. Nos deben una.
Texto: Anselmo Reguera Pinilla.
Fotografías: Ino Marcos , Fernando Alberti y Jomardi.


























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