Texto: Tere Piñón
Fotografía: Maribel Borrego
La etapa se realizó en dos días,
sábado 15 de junio y domingo 16. Como siempre se dio la posibilidad de realizar
cada tramo en varias opciones (1ª parte, segunda o tramo completo).
El sábado salimos a las 7 de la
mañana de León, llegando a Baamonde hacia las 10 h. Tiempo para
café y comenzamos a caminar todo el grupo, ya que nadie se apuntó a hacer sólo
la segunda opción.
El camino fue precioso, entre
castaños, pinos, robles (carballos en Galicia), piornos floridos, con una
coloración espectacular de diversas tonalidades de verdes, rompiendo ésta, el
amarillo de las escobas.
El suelo alfombrado por las
briznas de los pinos entre las piedras de granito, la temperatura ideal para
caminar y la suavidad del perfil (no hubo grandes desniveles) hicieron que
resultara una andadura muy gratificante.
Llegamos al "lugar" de Miraz
hacia las 14 h. comida y descanso. Los que hacían la segunda etapa continuaron,
quedando el resto allí hasta las 16 horas, que se decidió coger el autobús para
ir al reencuentro con los demás.
Aquí comenzó la odisea de la
búsqueda del camino a seguir por el autobús hasta A Braña, puesto que se trata de una única casa
abandonada, no hay señalización, y las gentes, muy amables por cierto, poco
pudieron hacer para orientarnos.
Al final, gracias a Camino y su
navegador, ya que el del conductor no identificaba donde estábamos y después de
dos horas tuvimos el reencuentro con el resto del grupo.
Llegamos a Melide (Mellid) sobre las
seis de la tarde y nos alojamos en dos hoteles. La cena, en el hotel Carlos 96,
para todo el grupo a las 20.30 h. Después de una ducha fuimos a dar una
vuelta por el pueblo y aprovechamos a degustar el pulpo a la gallega junto con
un albariño o ribeiro, según gustos.
La cena consistió en empanada,
caldo gallego y "carne o caldeiro" o merluza a la cazuela a elegir,
postre y café o infusiones, y todo resultó estupendo y muy abundante.
El desayuno del domingo 16, fue a
las 8 y contó con un amplio surtido de todo tipo de panes, fiambre, cereales,
fruta, etc., con una atención excepcional. A continuación salimos en el autobús
hacia A Cabana, origen de la segunda etapa (se decidió que todos
salíamos desde aquí a Sobrado dos Monxes, 15 kilómetros).
Continuamos disfrutando del
esplendor del paisaje, subidas suaves, caminos que atraviesan bosques que
parecen encantados (fragas en gallego) y todo ello acompañado de un tiempo
excepcional para caminar.
Como colofón llegamos a Sobrado
dos Monxes, entrando al pueblo al lado de la laguna creada
artificialmente por los monjes del monasterio como acuífero, bordeada por
nenúfares y orquestada por el croar de las ranas. ¡Precioso!
Comimos y a las 16:30 h. visitamos
el monasterio, "el escorial
gallego" como se le conoce en Galicia por su monumentalidad y parecido
con el estilo herreriano. Beatriz, como siempre, se prestó a explicarnos
brevemente la historia y el arte del edificio.
A las 17 h. regreso a León. Nos
amenizó el viaje Piedad contando chistes y llegando a León, se entonó el himno
de la Asociación.
¡Dos días estupendos!
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