La Asociación de Amigos del Camino de Santiago ‘Pulchra Leonina’ de León, con la participación de más de cien peregrinos, ha realizado el pasado domingo día 20 de mayo la tercera etapa del Camino de San Salvador entre Buiza y el pueblo de Pajares cruzando la cordillera para entrar ya en Asturias.
En la salida de Buiza nos acompañó el fresco de la mañana aunque iba a durar poco ya que el cielo estaba totalmente azul y los rayos de sol empezaban ya a colarse entre las tiernas hojas de los robles que nos rodeaban. El camino era empinado y los músculos reflejaban el esfuerzo hasta alcanzar las crestas rocosas de la Forcada de San Antón con sus formas caprichosas. Tras ellas y antes de llegar al collado se dice que existió un pequeño hospital, para ayudar a los peregrinos, del que no se aprecia resto alguno.
La bajada por el bosque de pinos es muy agradable por su belleza que ya justifica por si solo la pertenencia de toda la comarca a la Reserva de la Biosfera. Pasada la vallina principal tomamos una angosta senda que nos va llevando por la parte alta del valle de La Tercia desde donde contemplamos las altas cumbres totalmente nevadas que lo rodean y la inmensa pradería con un verde intenso en el que destacan numerosos pueblos del valle, entre ellos Rodiezmo que fue la capital del Concejo hasta su traslado a Villamanin. Este valle de La Tercia es uno de los tres que forman la tradicional comarca de los Argüellos, junto con los del Torio y del Curueño, con muy larga historia cargada de interesantes peculiaridades.
Ya dando vista hacia Poladura nos encontramos con que el tradicional camino ha desaparecido engullido por la reciente concentración parcelaria. Es sorprendente que no se haya respetado ya que data al menos del siglo IX por lo que no se puede alegar desconocimiento. Puede ser que el proyecto de concentración se haya iniciado antes de ese siglo y la Junta no encontrase el momento de aplicarlo hasta ahora que ya solo queda un ganadero en el pueblo. Esto nos obliga a bajar hasta San Martín para subir de nuevo al antiguo camino.
En Poladura nos tomamos un ligero descanso aprovechando que tiene un afamado establecimiento de hostelería y un albergue. Históricamente hay numerosas referencias de la existencia en este pueblo de un monasterio hoy totalmente desaparecido.
Seguimos el camino comenzando una nueva subida por zona de pastizales en los que pacen numerosas vacas y caballos que se muestran ajenos a nuestra marcha, hasta llegar al alto de los Romeros donde se alza imponente la cruz de San Salvador instalada por los amigos de este camino. Continúa la ascensión cruzando algunos neveros hasta el Canto de la Tusa, punto más elevado del camino de San Salvador. Desde aquí la panorámica es impresionante con el Brañacaballo y el Tres Concejos totalmente llenos de nieve y los profundos valles de La Tercia y del Bernesga a nuestros pies. Descendemos por la ladera contemplando este paisaje para ascender un nuevo collado desde donde ya vemos Arbas del Puerto lugar al que nos dirigimos.
Este pequeño núcleo ha quedado sin población a pesar de contar con la hermosa Colegiata de Santa María que ya existía en la Alta edad Media. A comienzos del siglo XII se construyó un hospital para ayudar a los peregrinos, hoy desaparecido, que contó con la protección de los reyes leoneses que les facilitaron donaciones y privilegios para su sostenimiento.
El edificio es de estilo románico aunque con añadidos posteriores y está declarado Bien de Interés Cultural. Sufrió grandes desperfectos durante la Guerra Civil y la desaparición de la talla de la Virgen que aquí se veneraba. En 1969 fue restaurada la iglesia y se repuso una talla de Santa María copia de la existente en el monasterio de Gradefes.
Continuamos hacia el puerto de Pajares aprovechando para reponernos en el recientemente reinaugurado ‘parador’ antes de alcanzar el alto de la Vielina, límite de provincias, donde existe una portilla con indicación de mantener cerrada, no sé si para que no se marchen los leoneses o para que no se marchen los asturianos. Desde aquí volvemos a tener unas vistas impresionantes, ahora sobre los hermosos valles asturianos, y una panorámica del Macizo de Ubiña con multitud de cumbres que superan los 2.000 m y que se mantienen nevadas.
Tras recrearnos un buen rato con esta contemplación, iniciamos el pronunciado y exigente descenso que nos lleva al pueblo de Pajares, compensando su dificultad con un entorno de urces y retamas integrándose en la primavera, y los extensos bosques de hayas y acebos que nos llevan a las praderías de acceso al pueblo Pajares con gran cantidad de vacas y caballos que alegran el verde paisaje.
Es de destacar la labor encomiable que desarrollan José Antonio Cuñarro, la Asociación Cuatro Valles y los amigos de este camino para mantenerlo perfectamente señalizado y controlado.
Con la llegada a Pajares, su albergue atendido por la entrañable Marisa, su iglesia y su cuidado caserío, damos por terminada la etapa mientras vemos el fondo del valle llamándonos ya para la siguiente que realizaremos el próximo 20 de junio y nos llevará hasta Pola de Lena.
Buen Camino.
Texto : Anselmo Reguera
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