domingo, 3 de noviembre de 2019

El Centro de Día del Ayuntamiento de San Andrés del Rabanedo, realiza las dos últimas etapas del Camino Francés.


Días 19 y 20 de octubre: A Calle - Santiago de Compostela

Nuestra última andadura comienza a las cinco de la mañana, con el convencimiento de que lo que nos propongamos lo conseguiremos.
Y como es costumbre, sin renunciar a nuestro matinal café que nos dará fuerzas para afrontar un otoñal día. 

Hoy tenemos a Javi que nos ha acompañado en alguna expedición anterior, Benjamín que desde septiembre ya ha pasado a formar parte del grupo y de nuestra alcaldesa Camino Cabañas. Igualmente vamos arropados con el cariño de muchas personas que desde primera hora de la mañana no han dejado de enviarnos mensajes de ánimo. 

Punto de partida en A Calle. Desplegamos nuestros chubasqueros pues la lluvia nos acompañará toda la jornada. Y es que Galicia hoy está llorando, como si quisiera aliviar nuestro corazón que se desgarra, sabiendo que se acerca el momento del final de una gran aventura.

Boavista, Salceda, O Xen, A Brea, O Empalme, nos muestran una tónica en el paisaje, como la dispersión de multitud de viviendas que impide apreciar los límites entre una población y otra. La lluvia y el camino con barro nos exigen más concentración y mitiga nuestras animadas charlas. 

Y mientras caminamos observamos cómo se suceden bosques de árboles autóctonos con sus tonos rojizos y berenjena ofreciendo un paisaje de lo más poético, eucaliptos que se alzan hacia el infinito del cielo, multitud de helechos mudando su color con una riqueza de tonos otoñales que van desde el verde, al marrón, cobres y dorados, infinidad de variedades de setas bajo el amparo de las hojas y las gotas de lluvia que se deslizan por ellas como lágrimas, hasta depositarse sobre pequeños charcos que forman multitud de burbujas a modo de pequeñas coronas.

Continuamos por la capilla de Santa Irene dedicada a la mártir portuguesa, iglesia románica del siglo XVII, junto a ella se encuentra una fuente de la misma época. Cuenta la tradición que el que bebe de sus aguas recupera la juventud, aunque nos quedamos con las ganas de bañarnos enteramente en ellas, no podemos detenernos hoy es un gran día y debemos llegar…


Seguimos mostrando nuestros respetos a los innumerables monumentos que se levantan a lo largo del camino homenaje a los fallecidos en esta etapa y deseamos que descansen en paz. Seguimos hacia adelante con una sonrisa qué es el mejor equipaje para caminar por la vida. Atravesamos: O Pedrouzo, Antón, Amenal, Cimadevilla, San Paio… Unos instantes de meditación y una pequeña oración para continuar hacia Lavacolla que será el lugar escogido para reponer nuestras fuerzas del mediodía, a escasos metros de una llamativa escalera accedemos a la iglesia y cementerio, edificada en 1840, a pocos metros se levanta un cruceiro con tallas de Cristo sedente, consiguiendo una perfecta armonía. En la comida nos esperaba una gran sorpresa allí estaban los compañeros peregrinos de la Asociación de Amigos del Camino de Santiago de León Pulchra Leonina, menuda alegría que nos llevamos.

El río de Lavacolla era el lugar donde los peregrinos se aseaban y lavaban sus ropas antes de la entrada a Santiago, de aquí el origen de su nombre.


Proseguimos hacia Villamaior, San Marcos y por fin: Monte do Gozo, o Monte Alegre. Allí empapados de agua nos agrupamos para inmortalizar ese ansiado momento con la foto de grupo delante de la escultura dedicada al peregrino que dejará constancia de nuestro logro. A pocos metros el monumento conmemorativo de la visita de Juan Pablo II en 1995, ubicado en el mismo lugar dónde se encontraba una capilla del siglo XII románica, que fue destruida en el XVII. Y desde allí pudimos visionar las torres de la catedral.

¿Cómo expresar todo lo que sentimos en estos instantes? Emociones encontradas como la alegría de llegar y la tristeza del final del camino; el cansancio físico de nuestros cuerpos y la fortaleza de nuestro espíritu. Miramos hacia adelante, no hay quien nos pare en el descenso del Monte do Gozo hasta la Catedral de Santiago Apóstol. Todo está cobrando cada vez más significado, pienso que la vida de cada persona es el camino hacia uno mismo, tú decides hasta dónde quieres llegar, porque tu camino es cosa tuya.

En los últimos tramos discurrimos por enclaves de marcado acento peregrino. Pasamos por la capilla de San Lázaro, puerta del fin del camino, recorremos el casco antiguo y con música de soprano, nos adentramos en la plaza del Obradoiro. Allí nos esperaba la hermosa catedral y un grupo de familias que se habían trasladado desde León y otros puntos de Galicia para acompañarnos en la recta final. Un interminable y profundo abrazo colectivo aderezado con lágrimas de alegría que se mezclan con la incesante lluvia…  
 
Alzamos nuestros paraguas a modo de sable que forma nuestro simbólico y clásico arco para hacer el recuento y dirigirnos al hostal La Salle. En breves instantes nos espera otro emocionante encuentro con D. Jesús Fernández, obispo auxiliar de Santiago de Compostela natural de nuestra tierra leonesa. Le recibimos con un pequeño homenaje cantando el himno de Trobajo del Camino y Jesús con unas emotivas palabras nos acogió como a verdaderos peregrinos, mostrando una gran humanidad y cercanía hacia nosotros.
Después una cena muy familiar y distendida que estrechará más los lazos que nos unen como amigos. Es la hora para irnos a descansar, mañana nos espera un gran día. A la mañana siguiente, tras un suculento desayuno, aparecen unos tímidos rayos de sol para poder ir caminando por el casco antiguo. 


Lamentablemente y debido al avanzado estado de restauración, es inviable la celebración de la tradicional misa del peregrino en la santa catedral. Trasladándonos a la iglesia de San Francisco. Y allí nuevamente nuestros amigos peregrinos de León con sus pañuelos amarillos. Todos presenciamos una entrañable eucarística donde los niños han tenido especial protagonismo y una participación activa.


La comida se celebra en el hostal con un ambiente familiar de extraordinaria belleza, entrañable e inolvidable para todos. Pusimos en valor con cálidos aplausos el esfuerzo de cada componente de la expedición de estos nueve meses e igualmente aprovechamos para recordar y dar las gracias a las familias y amigos que no han podido estar físicamente con nosotros pero han formado y forman parte de nuestra vida. 

Volvemos a casa pero esta vez es diferente a otras pues hoy hemos alcanzado un sueño. En el autobús intentamos reír y cantar, pero nuestras voces no son tan dulces y alegres como en otras ocasiones. Añoramos ya está tierra, las dulces veredas y las rampas cargadas de amor y comprensión.

“Todo lo que llega tiene que marcharse para aprender y crecer con amor, en armonía con el universo… “palabras leídas en la etapa de hoy describen simplemente lo que aspiramos a comprender al final del camino...


Y yo he tenido el lujo y la responsabilidad de poder escribir a modo de relatos cada etapa. Y necesito hacer un humilde reconocimiento a cada uno de mis compañeros de este grupo multicolor y diverso, como todo lo que acontece en el camino, así que si me lo permitís, gracias a:

“Encabezados por José Luis, discreto, respetuoso y su esposa Blanqui, luchadora infatigable y gran abuela. Francisco avanzadilla del grupo y gran fotógrafo, y su esposa Marisol siempre aconsejándote desde la experiencia. Mario junto a su esposa Ángeles debutantes cómo abuelos por partida doble, apoyando siempre al grupo y perseverantes. Conchi alegre, atenta y agradecida. Maribel nos muestra su apoyo con su alegría desbordante y su cantarina voz. Cecilia nos levanta el ánimo con su peculiar optimismo que nunca olvidaremos, Andrés, con su espontaneidad siempre consigue robarnos una sonrisa en los momentos de debilidad y su esposa Nini, gran compañera, tolerante y respetuosa, atenta en todo momento a su marido y por añadidura a todos. Gloria, nos ha regalado su cariño y unas clases magistrales de botánica. Rosa con su sonrisa que va dando luz todo el camino. Paula, luchadora incansable. Charo, que ha sido capaz de afrontar el reto con gran valentía. Rosa Majo, agradecida y cariñosa en todo momento. Olga, discreta y respetuosa. Carmen, vital, alegre, cantarina y dicharachera... Ludí, siempre sonriendo, integrada siempre en el grupo. María Jesús, que desgraciadamente solo nos pudo acompañar dos jornadas, pero que dejó su recuerdo en todos. Amparo, superándose a sí misma, realiza el camino por segunda vez acompañada de Israel, su nieto siempre dispuesto a tenderte una mano, ha sido un poco el nieto de todos. Ezequiel y su esposa María Elena, reforzando el grupo con ánimo, abuelos entrañables que nunca han tenido lugar para el desaliento. Nuestra señora mayor, nuestra abuela, nuestra compañera Josefa, a la que llamamos José, que nos ha dado a todos una lección de entereza y sacrificio... acompañada por Germán y Carmen sus sobrinos qué se incorporaron a nuestra marcha en Ponferrada y han conseguido ser unos compañeros más. Mari Carmen relatora de anécdotas, extrovertida y feliz. Merce siempre dispuesta al abrazo y al beso. Estrella ha conseguido ser compañera en cualquier lugar del grupo. Ricardo ejemplo de sacrificio y férrea voluntad. Ruth y Elvira nuestras niñas entrañables, cuidando en todo momento de su adorable abuelo. Mari Carmen Blanco siempre dispuesta con su sonrisa a colaborar y participar en nuestras fotos. Cundi nuestro director artístico y montador de todas las películas de video, todos tenemos que agradecerle el gran trabajo que ha realizado, no solo con su cámara, inmortalizando todo el camino, también con su presencia que ha sido de gran ayuda, siempre con la palabra justa, y el conocimiento de su experiencia..., atento en todo momento del resto de sus compañeros. José Luis, experimentado en escuchar, discreto y conocedor del alma humana. Camino, gran luchadora y ejemplo de superación en todas las facetas de la vida. Evelia reservada y educada, dispuesta a escucharte y compartir. Jesús siempre predispuesto a la broma y al chascarrillo. Manolo persona de gran paciencia y con gran experiencia de la vida. Fernando, mi amigo, compañero y esposo… qué entendió el camino de una manera peculiar, siempre cerrando filas, intentando en todo momento ser útil al grupo. Sin su participación mi modesta compañía no hubiera sido posible. Eva nuestra coordinadora, sin ella hubiera sido imposible el proyecto, gran trabajadora, siempre desvelándose por el bienestar y la comodidad de todos, fomentando en todo momento, el cariño y los besos, el entendimiento la tolerancia y la convivencia. José Carlos, cerrando filas, conocedor de las penas del alma, aportando, tranquilidad y protección. Sabedores de que siempre podemos contar con su apoyo, su presencia y compañía nos reconforta, ha sido vital en el ánimo del grupo.
Y mención especial por sus momentos en algunas etapas a:
Gloria, positiva y vitalista.
Nieves, con su pandereta y canciones.
Diego, se vino desde la Isla de Gran Canaria para acompañar a su madre durante una etapa. 
Camino Cabañas nuestra alcaldesa, desde el minuto cero ha estado siempre cerca y cuando ha podido se ha venido a hacer el camino, con total sencillez, humildad y cercanía a todos nosotros.
Benjamín nuestro teniente alcalde sencillo, discreto y muy humano, se unió a nosotros como uno más.
Liliana nuestra concejala de Bienestar Social, por apoyar este proyecto y acompañarnos cuando pudo siendo una más y con una especial sensibilidad.
Gracias a Jorge de la Asociación de Amigos del Camiño de Santiago de Sarria que nos ayudó incondicionalmente y nos brindó su amistad. Nuestra querida Isabel de la pensión A Fontes das Bodas, que ha dejado huella en nuestro corazón para siempre con su entrega y solidaridad.
Gracias a todos los conductores y conductora de Viajes Morales que nos han traído y llevado en cada etapa facilitando que el camino y sus dificultades fueran posible.
Y por supuesto a la Asociación de Amigos del Camino de Santiago de León “Pulchra Leonina”, por su apoyo en la logística, por acompañarnos siempre y por hacer posible que esta experiencia se pueda compartir en su blog cada mes… 
¡Gracias a todos por acompañarme!

Y hoy os deseo ¡Buen camino en esta vida! Sin olvidar que "la vida es bella".

Mª Lourdes Arias




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