La Asociación de Amigos del Camino de Santiago de León “Pulchra Leonina” hemos acompañado a nuestro amigo Adolfo Álvarez Barthe, en la inauguración de su Exposición de pintura: “ A tuerto o a derecho... nuestra casa hasta el techo” en el Museo de León.
Luis Grau, director del museo, presentó al pintor y explicó la utilización del refrán, que ha elegido Adolfo para dar título a la exposición. Se trata de un dicho enclavado en la literatura del Siglo de Oro, ya sea en La Celestina, ya en la Carta de Rebeldía de Lope de Aguirre a Felipe II.
Y así es también la muestra que Adolfo elige, pues nos lleva al siglo de Oro español, con unos cuadros que tienen el trasfondo de los pintores del siglo XVI, pero tratados con una mirada nueva.
Una mirada que profundiza a través de distintos planos, buscando entre la leyenda, blanca o negra, inspeccionando a través de datos históricos, coetáneos o contemporáneos, analizando perspectivas, ajenas o propias, de frente o sesgadas.
Adolfo nos cautivó con su pintura, pero también con su erudición y la energía que trasmiten sus manos, volanderas, como de director de orquesta.
Según cree el autor una cosa es importante: “la obra realizada, a pesar de todas las dificultades”.
Esto es algo que consiguió Felipe II y su época. Vencer las trabas que impedían la ejecución de empresas pioneras.
El Escorial, por ejemplo, supuso cambiar legislaciones y modos de actuar, pero fue para mejor y quedó hecho. Parece que el demonio se empeña en dificultar la conclusión de una gran obra, pero, “mientras que el demonio se sonríe porque hace creer que no existe”, según dice Santa Teresa de Jesús, ella y otras personalidades del siglo de Oro, le hacen frente, completando sus iniciativas y lo que está hecho le empequeñece.
La obra acabada es como un sueño, la de los grandes hombres y la de los demás, algo perfecto que entra en el mundo de lo eterno, de la literatura, del arte.
Como dice Adolfo, desde sus cuadros, estos personajes, artífices de una España gloriosa: “Nos ven y nos convocan”
Todos nosotros ¿estamos dispuestos a acudir a su llamada?
Texto y Fotos de Rosa Fadón y Rafael Cid
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