Sarria - Portomarín .
Salida desde la rúa Benigno Quiroga, frente al número 19, edificio que luce en su medianera y a la visa de todos los peregrinos, un mural alusivo a Elías Valiñas, con bordón, calabaza y brocha en mano cargada de amarillo.

Comienza la subida de inmediato por las rúas Arrabaldo y Escalinata Maior hasta alcanzar la principal rúa Maior, todas ellas con múltiples albergues y actividades secundarias dedicadas a los peregrinos.
A su lado, un modesto mirador con cruceiro moderno desde el que puede verse parte de la villa y el valle.
Por último, poco antes del monasterio de La Magdalena al que pocos se acercan a ver,
Seguimos el camino, al principio apretado entre el río y el ferrocarril, hasta que se separa definitivamente de ellos.
Se transitan caminos flanqueados de robles por terrenos mixtos de montes y fincas de heno para la ganadería que seguramente es la actividad principal.
El día ofrece temperatura moderada y con el sol escondido por encima de cielo nuboso. Se camina muy cómodamente.
Ya solo resta pasar el puente y, por fuerte escalinata, acceder al casco urbano de Portomarín.
Hay tiempo para andar su traza ordenada según el estilo sociológico del desarrollismo de los años sesenta del siglo pasado que en este tipo de nuevas implantaciones urbanas transmiten uniformidad y orden con la principal orientación de autoridad. El desarrollo urbanístico posterior, que ya no sigue este criterio, responde a otros intereses.
Visitamos la imponente iglesia de San Juan (también llamada de San Julián), de estilo románico que luce ahora en la plaza central del nuevo Portomarín, puesto que el pueblo viejo quedó bajo las aguas del embalse y el templo hubo de ser rescatado por haber sido declarado monumento histórico-artístico en el año 1931 (mediante Decreto que incluye una larguísima lista de monumentos en España y que, en León incluye más de veinte, comenzando con la Catedral de Astorga y concluyendo con el Castillo de Valencia de Don Juan). No es el único atractivo de la Plaza Do Camino; enfrentado a la iglesia luce el fastuoso Pazo Do General Paredes.
El alojamiento y descanso se hizo en hotel situado en el polígono industrial de Ceao, a las afueras de la ciudad de Lugo.
Texto: Juan Jesús Álvarez- Acevedo Prieto.
Fotografías: Juanjo Robles y Jomardi.
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