miércoles, 2 de mayo de 2012

Etapa hacia Canero


Queridos amigos:
He ahí mis impresiones (entre serias y humorísticas ) de la etapa del pasado domingo.
Recibid, con mi agradecimiento, un cordial saludo.
Nicolás Miñambres

ETAPA HACIA CANERO:
 (Paradojas del Camino,
siempre con feliz destino)

"¡Pobrecitos!", nos decían
los prudentes compañeros,
cuando decidimos ir
a las tierras de Canero
para seguir el Camino
por trochas y por senderos.
…Hasta PERRÍN, nuestro Presi…
se lo tomó… ¿con recelo?
El dirá que lo del libro
le impidió ser "caminero"
aunque malas lenguas dicen
que demasiado sosiego
el nuevo cargo le da,
mas creerlo yo no  puedo.
Y que no es el andarín,
tan raudo y de paso cierto…
como el que era hace un año,
¡qué comentarios tan feos!

                 *   *   *
"¡Pobrecitos!"- insistían
mirando el mapa del tiempo,
ese que da el internete,
hasta de barrios concretos.
Mas se ve que en este caso
la costa asturiana es eco
bien distinto del decir
de esos meteorologeos
que a diario nos aturden
con "cataclismos" severos.
Y a secarse al mar Cantábrico
 fueron raudos y certeros
estos osados leoneses:
dos autobuses completos

                *   *   *
Pasado que fue el Negrón,
Oscuro, recio y extenso,
vimos el cielo asturiano
como los leoneses cielos
en días de primavera,
 días casi de veraneo.
Tan pronto como estuvimos
al comienzo del sendero
mentes sensatas pensaron
y bocas sabias dijeron
que, para evitar fatigas
a nuestra espalda, era bueno
zamparnos nuestros bocatas
en breve lapso de tiempo:
Documento claro hay
De tan delicado evento,
basta consultar la página
de LOLY que, ojo atento,
allí ya inmortalizó
el lírico documento
de zamparnos sin rubor
variados condimentos.
Loly, la pobre, pasó
aquel sabroso suceso,
pendiente de reflejarlo
en visual documento.
Con Lolys  así, bien fácil
es todo lo jacobeo



            *   *   *
Y se inició la andadura
Hasta allá, hacia  Canero,
pueblo de nombre sonoro,
y de bello emplazamiento.
A nuestra izquierda, los montes,
de bellas flores repletos,
completaban  lo azulado
del mar, nuestro compañero,
con un cielo variado,
de sol casi siempre pleno.
Nuestro compañero BUZZI,
( ángel de la guarda excelso)
no paró en todo el camino
de revisar todo aquello
que un retoque allí exigiera
de amarillo claro y recio.
Un ángel nos parecía,
sumido en tantos desvelos,
marcándonos el camino
y evitando  algún tropiezo.
BUZZI GRACIA  tiene mucha
y  no le falta gracejo,
pero ofrece  sobre todo
gran sacrificio y desvelo.
No lo hace menos JUAN CARLOS,
mozo de pie…algo estrecho,
que  con  Buzzi se recorre
la etapa con paso atento
en los días anteriores
para evitar que los lelos
con tropezones caigamos
allá por esos senderos..
Toda la etapa sirvió
como agradable proceso
de un caminar armonioso;
del paisaje, un paladeo
que nos sirvió de anticipo
de aquel ágape tan serio
que fuera a todos nosotros
gastronómico receso.
Mentira nos parecía
que, después de nuestro almuerzo,
el personal se metiera
entre la espalda y el pecho
varios platos de aquel pote
tan asturiano y tan recio.
Mas… cierta pena sentimos
en nuestra mesa, recuerdo,
porque NABOR nos llegó
inapetente, muy serio:
una pizquita de pan,
una lonchita de queso,
y un vaso de gaseosa
fue su condumio, ligero.
No me extraña que así vuele
por trochas y derroteros
donde siempre sobrepasa
nuestro andar, casi sin verlo.
Porque NABOR no anda, vuela
casi como los vencejos.
Mínimo le fue también
a ISIDORO aquel receso
de la comida, que  a él
sólo verdura le dieron
de aquel potaje sabroso,
tan exquisito allí dentro.
A régimen nos decía
que se ha puesto ya hace tiempo,
que en el banco se lo exigen
por pulcritud y buen tiento.
Con lo cual, sólo a LUISÍN
le vi comer, sonriendo, 
aquel  tentempié asturiano
que nos dio un gran sosiego.
Bueno…a Luisín y a otro joven:
un rubio llamado SERGIO,
rubio igual que lo es su padre,
ISIDORO, un hombre enteco.
De los demás, poco sé,
fuimos pocos compañeros
hasta que el bueno de JUAN
y otra dama allí se unieron.

                *   *   *
Reconfortados volvimos
a nuestros leoneses predios
a comprobar…¡ay, Señor!
que agua seguía siendo el cielo,
encapotado y oscuro
en ese domingo avieso.
Eso sí, los meteorólogos,
a pronosticar volvieron
lluvias recias por Asturias…
en fin, mejor…callaremos.
Que, calladitos, más guapos
muchos, seguro, estaremos
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Desde El Alto del Romero


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