lunes, 21 de mayo de 2012

Canero-Luarca-Puerto de Vega. Segundo tramo.

Sobre las 13.00 horas abandonamos Luarca, para recorrer el segundo tramo; de unos 14 kilómetros. El Camino sube por unas buenas rampas para ir ganando altura rapidamente.

Primera parada en el Mirador del Chanu. Con Luarca a nuestros pies. Una pequeña capilla dedicada a San Roque está a nuestras espaldas.

Continuamos por carretera todo el rato. Primero pasamos por L´Outeiru, y seguimos hacia Santiagu.
Herru Santiagu, Got Santiagu, cantaban los alemanes hace siglos.

Y así llegamos a las ruinas de la antigua iglesia y cementerio de Santiagu. Edificada en el siglo X, por orden del rey Fruela II. Cumplió su función hasta 1922 en que la parroquia se trasladó a una moderna edificación.

A la altura de Villuir tuvimos que cruzar la carretera nacional deprisa y corriendo pues había un tráfico muy intenso. Y continuamos por una comarcal hacia Aquelcabu.

El Camino te lleva por casinas y chalets lejos de la carretera nacional. A lo lejos vemos ahora Otur.

A la altura de la capilla de Nuestra Señora de los Remedios dejamos el trazado marcado para seguir un desvio provisional. Las obras de la Autovia del Cantábrico hacen buscar nuevos trazados para los peregrinos.

Paramos al fin a comer en el Hotel y Restaurante Rio Mayor, que se encuentra a la altura de La Lañada. Después seguimos camino hasta la carretera comarcal AS-37 durante un rato.

Cruzamos por el monte a la altura de La Hervedosa y bordeando las obras de la autovía bajamos a la carretera nacional. Un peligroso tramo de unos 500 metros que estabamos deseando abandonar deprisa y corriendo pues los coches nos pasaban a centímetros.


Subimos por El Bao de nuevo hacia el monte, encontrándonos una casa que está rodeada de motivos jacobeos. Realmente deliciosa y si la cuba llega a tener vino alguno alcanza el nirvana allí mismo.


Otro par de kilómetros de caminín y llegamos a Villapedre. Fin de etapa programado en principio.

Pero como somos muy andarines y nos sobraba tiempo bajamos a Puerto de Vega. Lo cual agradezco por que no lo conocía y lo encontré precioso y encantador.

Algunos subimos hasta el museo etnográfico de la villa y lo encontramos de lo mas interesante. Aún nos dio tiempo para tomar alguna sidra o vinín de arrancada.
Un dia delicioso, soleado y fresquín.
Ni que lo hubieramos encargado adrede.

1 comentario:

Rosa Fadón dijo...

¡qué bueno lo de la cuba! Con la pose tan buena, pena que no se le sacara partido con un chorrín de tintorro.