viernes, 1 de abril de 2022

Hospitalero en el albergue de Salamanca.


 En la primera quincena de marzo de 2022 he estado en el albergue de Salamanca como hospitalero voluntario de HOSVOL. Había estado allí hace tres años, asi que es la segunda vez que voy, porqué me dejó muy buen recuerdo.

El albergue La Calera, que así se llama, está situado en el centro de Salamanca, junto al Huerto de Calixto y Melibea. Es de propiedad municipal y está regentado por la Asociación de Amigos del Camino de Santiago de Salamanca y gestionado por la organización HOSVOL (Hospitalero Voluntarios).



Salamanca, está en la Vía de la Plata, una ruta en la que el peregrino tiene por delante etapas muy largas, por ejemplo, desde Salamanca hasta Zamora hay solamente dos: hasta Cubo del Vino son 36 km y desde allí a Zamora otros 31 km.



En esta ocasión los peregrinos que recibí eran muy jóvenes, lo que me sorprendió gratamente, eran en su mayoría universitarios que bien iban a iniciar sus estudios o que estaban terminando. Me comentaban que en el Camino buscaban encontrarse con ellos mismos. Una peregrina eligió su carrera caminando entre Sevilla y Salamanca, había decidido hacer la carrera de Física y allí se lo comunicó a sus padres.

Recuerdo a una peregrina belga de tan solo 24 años que, estando en Salamanca, decidió cambiar de ruta e irse al Camino Francés, así que se fue en dirección a Logroño porque, dijo, en este había perros muy agresivos que la ladraban y les tenía miedo. La curiosidad me hizo preguntar a otros peregrinos y me confirmaron que se encontraban muchos mastines guardando ganado.

Otra peregrina, también belga, me contó que cerca de Sevilla vio como castigaban a un caballo, le pegaban y ataban las patas, se acercó a él, le acaricio y sin ninguna protección le montó. El caballo la derribó y tuvieron que trasladarla en helicóptero al hospital. Le pusieron 28 grapas en la cabeza. Me mostró la cicatriz y le pregunte si ahora tenía miedo a los caballos y me dijo que no, que el caballo la miraba después de derribarla como si sintiera lo que había hecho.




Un peregrino curioso fue Ticiano (en Facebook “Ticiano Kors”), reportero de la televisión italiana. Iba con su cámara preparando reportajes que transmitía desde los distintos puntos del Camino, como así hizo desde el albergue.
En uno de los últimos días de estancia recibí a un conjunto rock de Granada, “Manteka pa la Tostá”, se les puede ver en YouTube, cantan canciones reivindicativas, con un lenguaje un poco duro. Vestían con ropa de camuflaje, llevaban crestas en el pelo y estaban tatuados hasta las orejas. Me hablaron de la sensación del tatuaje y nos hicieron una demostración de su música, que me gustó. Se desplazaban en bicicletas eléctricas y llevaban furgoneta de apoyo.
Como colofón, el ultimo día, cuando esperaba a mi relevo, se presentaron dos peregrinas muy simpáticas, que me pidieron una “suite”. Tras instalarse, salieron a cenar vestidas con hábito. Nunca se me hubiera ocurrido que fueran monjas.
El día quince de marzo, llegó un compañero vasco para relevarme. 



Como mis estancias anteriores en otros albergues del Camino, ha sido una grata experiencia, siempre distinta. He conocido a gente diversa que te aporta conocimientos y visiones diferentes del Camino. He recibido la visita de amigos y compañeros que me han hecho la estancia más agradable y me han arropado.

 Texto : Ángel Chamorro.
 Fotografias. Ángel Chamorro y Jomardi.

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